Vamos con la introducción:

El pasado 5 de noviembre, la diseñadora Claudia Jimenez Desfile presentó un desfile de modas a favor de Asociación “GrupoVida”, que apoya a madres adolescentes. El desfile se realizó en el Puericultorio Pérez Aranibar y estuvo inspirado en el ballet clásico “El Lago de los Cisnes”. El evento, que fue auspiciado por Natura como parte de su compromiso de responsabilidad social, estuvo bajo la producción de Alfonso Casabonne y Vania Masías, quienes reconozco y felicito por el maravilloso espectáculo de luces y danza que nos pusieron en escena, siempre con la música de Tchaikovsky, todo estupendamente organizado.

Fueron como 40 modelos en 50 salidas (toooodas de blanco, solo 1 de negro), regiamente maquilladas por Natura (amé las aplicaciones como de plumas que les pusieron a las modelos en las pestañas, muy dignas de una pasarela y que sueño locamente con un día poder usar). Entre los materiales utilizados en la colección destacan el algodón peruano, la seda, gasa, el charol, pompones y mantelería mexicana.

Y ahora vamos al desfile.
Fue un show blanco, absolutamente blanco que te quiero blanco con una sola salida en negro. A lo largo de toda la colección se notaba a gritos el espíritu romántico que Claudia Jimenez lleva dentro, ohhh sí, con notas y detalles que por momentos me trasladaban a los años 20’s, al charleston y a las fotos de mi abuelita que cuando joven, se paseaba por los malecones de Pimentel, no se porqué pero juro que en el transcurso del desfile pude verla.

La pasarela se abrió (después de un ballet puesto por Vania Masías) con salidas en bikinis, trikinis y ropas de baño tejidas, que fueron muy bien con ese aire frío e invernal de los accesorios y del maquillaje utilizados, seguido de shorts, una especie de salidas de baño y vestiditos veraniegos, algunos de ellos un poco forzados para una pasarela.

Luego vinieron todo un grupo de vestidos blancos y cortos, un pelín demasiado para mi gusto que me la pasé esperando algo más de color que me alegre la vida (y es acá donde el Club de Fans de cada diseñador me quiere hace hacer callejón oscuro), uno, dos o tres vestidos blancos se veían maravillosos, pero luego de ver tantos iba pensando y pensando, cuántas oportunidades tengo en la vida de usar vestidos blancos cortos??? El primero podría ser en mi bautizo (yala), luego sería en mi Primera Comunión (yala otra vez), para de ahi saltar a mi matrimonio civil o tal vez a mi propio matri religioso, pero nunca tanto, no??? De ahí, la poca funcionalidad de los modelos me atormentaba un poco, pero bueno, estamos en un desfile de modas y yo siempre creo que en una pasarela, todo, o al menos casi todo vale, la funcionlidad puede pasar a un segundo o tercer plano.

Lo que sí no podemos es que todos los vestidos, por repetitivos que se vieran, estaban perfectamente terminado y acabados, llenos de pedrerías y bobitos y lacitos, además cada salida estaba acompañada de joyas, máscaras, sombrillitas divinas y otros accesorios.

Aquí unos cuantos vestidos más, blancos y cortos, y me pregunto, alguién me puede dar ideas de cuando usarlos sin morir en el intento???

Esta salida en negro, sí que me pareció un lujo absoluto.

Ahora, después de éste vestido la diseñadora nos mostró toda una serie de vestidos blancos pero esta vez largos en su mayoría, que ahora sí, podía ver a cualquier novia -dependiendo de su situación- corriendo a comprar uno para el día de su matri.

Esta fue como una gran pasarela para novias, no era exactamente lo que yo esperaba ver, soy de las que opina que un pret-a-porter es una ventana para mostrar todo lo que eres capaz de hacer como diseñador -en lo que a variedad se refiere- y ceñirte a un sólo y único tema puede resultar un poco limitante, pero por otro lado, entiendo que cuando una diseñadora recién empieza el sueño de plasmar una inspiración puntual en una colección es todo un reto y una gran aspiración.

Definitivamente, cualquier novia hubiera estado más que contenta con este desfile y la diseñadora supo preocuparse hasta del más mínimo detalle. Encantador.