Supongo que a la mayoría de mujeres nos pasa lo mismo. Se acerca el verano (o el invierno, dependiendo de dónde estés), se acerca el fin de año, empiezan los auto cuestionamientos, la bendita lista de objetivos que no se cumplió y esos maravillosos logros que sí conseguimos. Empiezan las ganas de volver a empezar, de cambiar, de atrevernos un poco más y hacer las cosas diferentes.

El pelo, al menos en mi caso, siempre paga pato, siempre es mi punto de partida, siempre es lo primero que: Cambio de color, cambio de tamaño, cambio de peinado. Lo que sea pero siempre lo cambio en algo. Este 2013 no podrás ser tan diferente como quisiera porque necesito un tamaño de pelo que pueda amarrarme para que Valentina no me jale o que sea tan pequeño que no necesite nada. O sea, mis opciones son las siguientes:

Me lo dejo como en esta foto, castaño y largo, sigo tal cual con mi liga siempre la muñeca lista para hacerme un moño y ya, no me complico más.

Aunque viéndola a Gisele en esta foto me provoca esta vez aclararme las puntas, pero como que ya se usó mucho esto el verano pasado, no?

Puedo también Y NO SABES LO TENTADA QUE ESTOY DE HACER ESTO, cortármelo a la altura del cuello y dejarlo de mi mismo color, que es casi casi el de la modelo de la foto (al menos algo tenemos en común, no?)

No se ve un largo de pelo delicioso???

Puedo también cortármelo chiquito chiquito chiquito, que no lo hago desde que tenía 21 pero como que un cambio así no estaría mal, eso sí, requiere de todo el valor del mundo.

Ahora, que si no me hago ninguno de los anteriores, siempre puedo hacerme la clásica iluminación y dejarme una cabellera como “besada por el sol”.

O no cambiar mi tamaño, tan solo el color, sin mechas ni nada, color entero y ya.

Sugerencias??? Qué me hago??? Qué te haces??? IDEAS!!!