Los quiero todos. De perlas, metálicos, de plata, bañados en plata, bañados en oro, con brillantes o de plástico. El collar se lleva tan grande y llamativo que era de esperarse se le trate con sumo protagonismo y sí, pero no. Porque no se lleva sobre un lienzo neutro (que también es válido, para qué te digo que no si sí) necesariamente, si no que se combina con colores, con estampados y con texturas.

Se llevan de fantasía para nuestra suerte, cosa que los pone muy a nuestro alcance.

Los estilos van del art deco a lo geométrico, a lo gótico, bohemio y romántico también. Súper modernos y clásicos también. Van pegados al cuello, coo cascada o como baberos. Se combinan con las gafas, los esmaltes, los labios, la ropa, el zapato y la cartera, o no se combinan con todo.

Esto quiere decir que tenemos total libertad de expresión, que los hay para todos los gustos y personalidades. Que nadie se queda atrás y que no hay que gastar una fortuna para hacerte de un par.

Yo tengo uno nuevo que te lo enseño pronto, mientras, disfrutemos de estos.

Lo dije al comienzo, los quiero todos. No?