Lo que no te mata, te hace más fuerte, es la frase con la que Roger Loayza define su colección Otoño Invierno 2013. Y tengo que decir que pocas veces había sentido tanto en la presentación de una colección. Me puse triste. No, triste no, tristísima, y lo amé.

La protagonista de este cuento es ella pero también fui yo y seguro que tu también en algún momento de tu vida. Si alguna vez te rompieron el corazón y saliste victoriosa estoy segura que te verás reflejada en la propuesta del diseñador. Con una música corta venas de arranque, las modelos desfilaban con los ojos manchados por la máscara de pestañas corrida de tanto llorar, un llanto que me lo imagino bajo la lluvia como el de Holly Golightly buscando a Cat a sabiendas de que lo que quería era encontrarse a si misma, encontrarlo a él.

Te rompen el corazón y te puedes perder, te rompen el corazón y, no te ha pasado, que vuelves al punto cero? Se te pasan las horas en la cama mirando el techo con tu almohada como compañera. La mantita, su ropa, su olor, sus fotos, las canciones más tristes del mundo con Temblando de Hombres G como himno. Te aferras a todo lo que en ese momento te hace tanto daño y a la vez, es tu razón de ser. Te aferras a ellas porque ellas te aferran a él y sólo quieres un pedacito suyo, como ese pedacito de espejo roto salpicado por el piso. Mil pedazos de mi corazón lalalala volaron por toda la habitación.

Este desfile fue más que una grata sorpresa, fue un verdadero gusto y me alegró muchísimo no perdérmelo por culpa del tráfico. He visto varios desfiles pasados de Roger Loayza y siempre todo bien pero eso, todo bien, nunca nada que me dejara huella ni me provocara emociones (y por ende, salir corriendo a comprar) pero este, tan minimalista y preciso valió todos cada uno de los aplausos que el diseñador se llevó al cerrar el telón. Fue una colección sólida, una historia con principio y final, la ropa iba perfecto con el styling, con la música, ese hilo conductor fue clarísimo y el desfile se me hizo nada, pasó en un segundo!

Ahora sólo me queda cerrar los ojos y cruzar los dedos para que haya una continuidad. Para esta colección se ponga a la venta no en tallas de modelo si no que se desarrolle en tallas de verdad (literalmente, en tallas y colores pase amiga que hay tallas y colores). Que esta importante iniciativa no quede en un (maravilloso) chispazo de genialidad si no que tenga toda la continuidad que esperamos y tengamos colecciones increíbles como esta de Roger Loayza para rato.

Las fotos completas las pueden ver en la página del Lif Week pero acá las mías, donde capté algunos favoritos:

La ropa super ancha porque (a lo Laura Pusini) Se fue se fue me dejó sólo su veneno lalalalalaa y me quiero comer un litro de helado Princesa (esta fue una confesión o qué???), almohada en mano, me gustó ese toque infantil de las medias levadas con unos zapatos de salón plateados.

El pelo mojado, empapado, porque te dije que estaba llorando, no?

El detalle de cuello y puños, como lo de una bata de dormir. (igualita a la que mi marido me compró para estar en la clínica cuando di a luz).

Este vestido de día con cuello bote, me fascinó!

Este vestido camisero, que ando buscando el perfecto vestido camisero y este (si lees esto), sepáramelo Roger plis!

La capa tejida que arrastras por todos lados, junto con tu dolor (un poco trágica, lo sé).

El espejo roto representado en muchas de las piezas.

Y al final, mujer triunfante, con vestido negro y pierna al aire sales a enfrentar la vida, de vuelta al ruedo.

Fotos mías y de Renzo Cipolla Fotografía y Video para Lif Week.