Cosa más linda de la vida oye. En mis casi 7 años como blogger he visto cosas ir y venir. Por ejemplo, recuerdan a los suecos que las Olsen y Chanel popularizaran hace unos años. Están los pantalones harem, el estilismo de llevar cinturones por encima de todo, luego el infaltable cinturón de tachas, las hombreras que duraron más de lo que uno podía imaginarse y muchas otras cosas. De tendencias pasajeras que más suenan a una cosa del momento que a una tendencia como tal, a looks claves y formas y siluetas que perduran un tiempo más.

A su vez, he visto aparecer directamente del mundo del olvido y del oh-no no, cosas como el pitillo que horririzaba a medio Lima antes de convertirse en lo que es hoy, un pantalón tipo fondo de armario del que prácticamente no podemos prescindir. ¿Y qué me dices del blazer? Eso de llevarlo con todo es casi casi parte de nuestro look actual, así como los leggings que no hacen más que evolucionar (que los hay de denim, brillantes, metalizados, con cierres, con incrustaciones de cuero, etc…) para quedarse aparentemente por siempre en nuestros corazones y el animal print. Que si en algún momento era demasiado para algunas, ahora juega el rol de un neutro. No hay nada que no combine con unos zapatos leopardo así como la cartera estampada levanta cualquier look por simple que parezca y la correita esa, delgadita y perfecta para añadir una dosis de estampado y elegancia a ese vestido.

Como las personas, algunas prendas llegan a nuestra vida para irse sin dejar más huella que una mala foto en Facebook, mientras que otras son material dignos de aferrarse porque oh sí, nos encantan, nos hacen felices y hacen que la vida sea un lugar mejor. Eso pasa con las rayas.

Desde que Chanel las impusiera en un intento de rebeldía contra la sociedad (¿lo recuerdas? en un mundo de reglas estrictas que requerían una femineidad a la expresa y evidente para respetarse y ser respetada, Chanel quiso imitar la vestimenta masculina, apoderándose y popularizando los polos con estampado de rayas de los gondoleros de Venecia), bueno, te decía que, desde que Chanel las pusiera de moda hace pfffff, ochenta años atrás…las rayas han ido y vuelto por la vida felices y encantadas hasta que, desde hará uno qué….tres años atrás? Estas se han popularizado en las pasarelas, en las calles, en las marcas más exclusivas así como en las más populares. Las rayas no se van a ningún lado señora mía, siguen vigentes y presentes como lo muestra arriba la colección Resort 2014 de Marc Jacobs.

Abajo, Valentino.

Abajo, Louis Vuitton.

Abajo, Banana Republic.

Abajo, J.Crew.

Abajo, Derek Lam.

Abajo, Chloe.

En vestidos, faldas, polos, sacos y abrigos. Las rayas tienen ese poder de vestirte sin más esfuerzo, es un estampado que tiene voz propia y habla de un espíritu chic, que se atreve pero no abusa, que no teme meterle alegría a la vida, que es medio masculino pero sumamente femenino a la vez. Ahhhh, qué les puedo decir, AMO LAS RAYAS!!! Ustedes, también?