Mis paredes bailan al compas de las manitos de Valentina que todo lo marcan. Puedo decir que hay arte rupestre y no te engaño. Ayer, se embarró las manos con mi crema de cuerpo y corrió a dejar huella por todo el corredor, mi crema es para pieles secas, así que es más o menos grasosa así que entre dibujos rupestres, hay manchas de grasa también. Huellas por todos lados de que aquí vive una niña sana y libre de expresar su arte. Auch.

Quiero decorar mi casa, ponerle fotos y cuadros y espejos antiguos que tanto me gustan, y no quiero hacerlo sobre un lienzo sucio, o sea, sobre una pared sucia, quisiera volver a pintar todo el depa y arrancar con mis proyectos de deco, y luego digo…¿para qué?. Todo volverá a ensuciarse y luego digo nooooo, ella está creciendo y aprenderá que esas cosas no se hacen, pero luego pienso que niños son niños, pero los niños tienen que aprender que hay limites…y así señores, se me pasan los días en la disyuntiva de pintar o no pintar.

Sea como sea, si tuviera que efectivamente pintar y me animo con todo, lo haría de un beige rico y hermoso, acompañado de las molduras y el techo en blanco. Oh, sí, eso es lo que llamo perfección.

Con esa nueva obsesión en mente, por momentos temía pecar de aburrida, muchas veces el beige puede pecar de soso, de falta de personalidad…pero sabes qué, ya no lo creo. Y luego de que veas estas fotos, sentirás que el beige toma nuevas dimensiones (que puedes llevar incluso a tus looks diarios).

Arriba, amé la idea de un color vainilla con esa alfombra a rayas y sillones al tiempo, sí, sueño con sillones blancos también.

Abajo, verás un festivas de beige con beige. Beige por capas, beige en varios tonos que van desde el plomizo hasta el color arena y un poco de vainilla. Techos, paredes, alfombras, cortinas y sillones, todos juegan dentro de la armonía del beige y lo cierto es que más elegante y moderno, imposible.

Con toques sumamente elegantes y varoniles, agrega algo de negro (mira otra vez que el techo es vainilla y las paredes café con leche bien bajito), y sí, el detalle de las molduras que lo hacen ver todo más estilizado. MORI por ese mueble de piso a techo que hay al lado de la chimenea, en serio lo necesito.

Entre lo masculino y lo femenino, beige con café.

Para elevar el espíritu, beige con muebles rojos, o floreros rojos, o una pintura con algo de rojo en las paredes.

Probablemente la combinación que más me ha sorprendido en popularidad y que oh sí, me gusta mucho también. Se trata de combinar tus paredes beige con elementos decorativos, esculturas, cojines, floreros, sillones, etc….que vayan en una paleta de celestes, celeste bebé, pasteles, verdes agua y azules.

Beige con dorado y verdes también. Obsesionada con ese espejo.

¿No se ve simplemente hermoso? Se me hace una combinación relajante y acogedora, no solo perfecta para las áreas sociales si no para los dormitorios de los babies también (no pienses solo en la habitación de niños, para niñas también queda regio y puedes completar con elementos rosados muy por ahí si es que te provoca).

Ahora, si quieres más color, el naranja mandarina se casa perfecto con el beige.

Y aunque no sea de mis favoritos, con el rosa en todas sus variantes también. Me encanta la sutileza de paredes beige con detalles en un rosa bien bajito.

Más color más. Esta propuesta lleva el beige y este rosa más conocido como el Cholo Pink, brillante y hermosamente encendido sin llegar al fucsia ni a los tonos fresas. Acá llevan el color a techos y muebles, dejando dos tonos de beige y vainilla en las paredes (dime si ese mueble al centro de las dos camas no es una excelente!)

Otra idea más, beige con gris y una dosis de morado. ¿Te atreverías?

Espero haberte inspirado en algo, un poco de ideas para sin invertir mucho, ver la diferencia y tener una casa donde nos provoque estar. Siempre.

Un beso y feliz lunes para todos.