Hace unas semanas, tuve la suerte, la tremenda suerte de ser invitada por L’bel a vivir un viaje sumamente especial, literalmente #ComoUnaDiosa, al lado de otras bloggers geniales, en la ciudad de Sao Paulo.

Desde el inicio, el viaje prometía mucho relax y mucho engreimiento. Viajamos en Primera clase (con eso ya te digo todo!), nos recibieron casi casi con flores en el hotel -nunca tanto-, pero las habitaciones estaban estratégicamente ubicadas para que cada una tenga esta precisa vista, batas personalizadas, cremas y regalos esperándonos en la cama, en fin, una experiencia de esas que probablemente tendré una vez en la vida y ahora te voy a contar por qué.

#ComoUnaDiosa trata de Mithyka, su nuevo perfume, basado en un cuento donde esta Diosa maravillosa baja a la tierra a probar nuestros más grandes placeres y crear una fragancia tan única como ella. Para eso, nos llevaron al cielo, a conocer la ciudad de Sao Paulo en helicóptero! No puedo explicarte lo alucinante que fue, desde que llegamos, entre champagne y cupcakes, volar por primera vez así y conocer de noche una de las ciudades más importantes del mundo. Yo, estaba en Disney.

Luego de ese paseo, nos llevaron a probar el menú de degustación de D.O.M, un fantátisco restaurante con estrella Michelin y todo, y es que te dije que el primer día se trataba del cielo y las Diosas, no? (gracias a Dios mi falta tubo era strech porque no sé si las Diosas comerán así pero wow, fueron más de 17 platos y a penas si podía con mi vida). Para completar, me encontré allá con nuestro Virgilio Martinez, de Central, a quien bien stalker le pedí una foto, estaba demasiado feliz y emocionada.

Al día siguiente nos llevaron a la fábrica donde producen Mithyka y pudimos aprender entre otras cosas, cómo se hace una fragancia, la historia de ellas (sí, la historia de las fragancias, no sabes lo interesentísimo que estuvo esto especialmente para mi que amo los Momentos Culturales) para finalmente poder hacer nuestra propio perfume! Tengo mi perfume Serendipity, sólo para mi, pero lo tengo, y es que me sentí #ComoUnaDiosa.

Para la cerrar el día, hubo un picnic de lujo en medio de la ciudad, muy al estilo de Las mil y una noches, para que al día siguiente cerremos tanto engreimiento con una mañana de Spa ultra sensorial en Kenzur, otro lugar de lujo que si vas para allá, querrás conocer.

De despedida, nos dieron unas cajitas bellas llenas de Polaroids que nos tomaban a cada momento, llenándonos así de recuerdos hermosos, de esos que tienes al cerrar los ojos y que te hacen sonreír, porque pude, por unos cuántos días, simplemente dejarme sentir realmente como si fuera una Diosa.

(la cereza del postre fue volver a casa y ver a mi gorda, que cuando me ve con sus ojazos marrones sí que me hace sentir como una Diosa todopoderosa simplemente porque soy su mamá )

Gracias infinitas a L’bel por permitirme formar parte de esta experiencia maravillosa, mucho más sobre el viaje en este link.