Esta debe ser la situación de más de una: Compartimos baños con nuestros hijos porque son muy pequeños para hacer las cosas por ellos mismos y la verdad es que lo más sencillo, o simplemente vivimos en un depa pequeño y el espacio nos obliga a que un único baño se vuelva en uno multi familiar.

Desde que Valentina nació, nosotros la bañamos en nuestro baño, a medida que fue creciendo, su cepillo de dientes estaba en nuestro baño también, junto con colonia, su peine, luego sus muñecos, las Barbies y más….llegó un momento en que tuve que esconder mis cremas y cosas porque cada vez que ella entraba a mi baño, sea cual sea la razón, terminaba por lo menos maquillada como irse al show.

Durante todo ese tiempo, el baño secundario fue el depósito de tooooooodo. Dese el pack and play, a la alfombra de jebe, el coche que ya no usábamos y cuanto cachivache se te ocurra hasta que un día, finalmente, dije basta.

Por un lado, porque quería recuperar mi espacio cedido y por el otro, y el más importante en realidad, porque quería, quiero, que ella sienta que tiene su propio espacio en esta casa. Su cuarto, su baño, son suyos, ella tiene que usarlos, mantenerlos ordenados, vivirlos y disfrutarlos, quiero que, mientras se pueda, ella tenga espacios en la casa que le pertenecen, tanto como su cuarto le pertenece a un adolescente.

Se que soy una suertuda por tener un baño adicional que entregarle a mi hija, pero mientras duró la convivencia bañistica -y si es que tu aún compartes-, hay algunas cosas que puedes hacer para que lo hagan en paz y armonía, sin que nadie pierda su identidad.

Primero, como lo ves por ejemplo en la foto de arriba, puedes ponerle al baño una lámpara bonita y neutra (la de arriba no es taaaaaan neutra, un pez se asoma por ahí, lo se, lo veo, pero la idea es que sea lo suficientemente neutra como para que todos estén felices, babé incluido. Otra buena idea de esa foto es que ella tenga sus propias toallas multi color y que dentro del baño tenga su propio espacio, aunque sea su propio gancho para colgarla.

Abajo verás un baño pequeño que me encantó por varias razones. Primero, porque el blanco + verde manzana es una combinación hermosa y neutra para niños, niñas y adultos todos, ni muy muy ni tan tan. Mira cómo con tan solo pintar un pedazo de pared (el gabinete) le das vida al baño y lo haces divertido de estar para los pequeños.

Agrega una banca (básica, las consigues en Villa El Salvador como en Sodimac) y como en este caso, píntala de modo que conviva con el resto del baño, de paso que le haces la vida más sencilla a tu peque.

Puedes asignar un espacio en la pared con ganchos divertidos para ellos.

Y si puedes dar un paso aún más allá, busca un espejo divertido para toda la familia, y con eso no refiero ni a Barbies ni a carritos, algo neutro pero feliz como este espejo, que se ve como un espejo feliz.

¿Nunca tanto? Usa una divertida cortina de baño y asigna una silla de apoyo en un color alegre, no todo tiene que ser blanco, beige o gris en un baño.

Ahora, eso es en cuanto a decoración pero como bien lo sabes, la organización de un baño es fundamental para hacer de este un lugar compartible sin que nadie colapse en el intento. Para eso, una buena idea (lo tengo así, así que confía en mi) es tener espacios, canastas, separadores, lo que quieras, donde todo esté colocado según su uso: Cabello, rostro, cuerpo. Divide y conquista dicen por ahí

¡Gana espacio donde puedas! Mira de piso a techo, ¿dónde puedes ganar una repisa? ¿de dónde sacar un espacio extra? Ahí sí que aprendido mucho y uso todo el espacio posible donde sea que lo necesite. Ahora, usa los lugares más altos para colocar lo que no quieres que esté a la mano. Digo, si tus cremas y maquillajes están a su altura pues la tentación será una latente y ya lo sabes, cuando “escuchas silencio” es porque algo está pasando.

Mantén las medicinas lejos de su alcance y así como usas estos organizadores como zapateras, puedes usarlos también para tener la medicina lejos de su alcance.

Si tienes la oportunidad de agregar cajonería, hazla sumamente funcional, con repisas, puertas, con unos cajones más altos que otros, con rieles para que corran fácilmente y espacio para los frascos puedan estar parados.

Búscale espacio a las cosas más pequeñas.

Verás, no hay esquina que no funcione, úsala para compartir lo tuyo, con lo suyo y ganar espacio por más pequeño que sea el baño. Personalmente, lo más importante para sobre vivir a espacios compartidos son las reglas, las costumbres y sí que soy un dedo con ellas: Lo tiras, lo levantas. Lo usas, lo guardas. Lo abres, lo tapas. Si se acaba, lo repones (hello papel higiénico), si algo se ensucia no hay drama, solo se limpia pero eso sí, lo limpia quien lo ensucia.