Conocí a las chicas de Love is all pfffff, mucho antes de tener a Valentina, mucho antes de casarme incluso, en una de las visitas que le hice a mi hermana en el Urubamba. Fue una Serendipia a la vela.

Esther, que es administradora de profesión, me contaba que estaba empezando un proyecto de venta de muebles con estilo medio retro medio vintage junto con su amiga Vero, artista plástica y diseñadora de moda y estaban felices de la vida.

Creo que fue el nombre de su empresa la que hizo que siempre las tenga presente. Love is all, lindo y cierto. Los muebles restaurados además han sido siempre mis favoritos y las combinaciones con otros estilos los siento como un reto, así que me entretenía viendo sus fotos en Facebook y como poco a poco han ido creciendo.

Pues bien, como sabe usted amable lectora, desde hace casi tres años que vengo escribiendo de la forma más amateur que puedo sobre decoración, un tema que partió de mis necesidades (el sillón marrón, el sillón blanco, organizar el clóset, la cocina, el dormitorio de los bebés, las molduras, etc….) y poco a poco (tal como pasó con los posts de moda) empecé a incorporar temas que ustedes mismas me pedían.

Así, un buen día, mi di cuenta de que tenía un sancochado de ideas en la cabeza. Quería hacer cambios en mi casa y no tenía la más mínima idea de por dónde empezar. Quería empapelar, remodelar, pintar y retapizar. De rayas, con colores pasteles, con tonos neutros, con acentos de color….es decir, como dice Shakira, me hice un ocho, me llené la cabeza de información y simplemente no encontraba forma de ordenarme y organizar por dónde empezar.

Muy maduro de mi parte (ja!), volviendo a ver el fanpage de Love is all (y siendo fan de Emily Henderson, Hermanos a la Obra, Extreme Make Over Home Edition y muchos otros programas más -que más que colaborar con la solución, colaboraban con mi confusión) decidí llamar a los profesionales. Llamé a Esther.

Primero nos reunimos en mi depa para que, café en mano, hablemos entre otras cosas de quién soy, qué hago, qué me gusta, cómo me veo y cómo veo mi casa. Hablar claramente sobre el presupuesto que manejábamos era fundamenta porque lo cierto es que no tenía ni idea de cuánto cuestan este tipo de asesorías a lo que sólo puedo agregar que, como en cualquier menú de restaurante, acá hay para todos los gustos.

Luego, hubo una segunda reunión donde nos pidieron a mi esposo y a mi que les mostremos nuestras cosas favoritas, esas piezas y prendas a las que les tenemos un lugar especial en nuestros corazón, vimos cuáles eran nuestras fotos favoritas, nuestra ropa favorita! Fue un proceso independiente el que vivimos José y yo, fue algo muy psicológico y muy personal. Vimos que habían muchos puntos en los coincidíamos y nos sorprendimos de ver que hay otros nada que ver. Lo cierto es que nos tomamos el proceso sumamente en serio porque caramba, necesitamos una solución antes que la casa se convierta en tierra de nadie y queremos, los dos, vernos reflejados en cada rincón de nuestra casa. Que no sea una casa de revista, de CasaCor ni de vitrina, queremos que nuestra casa sea absolutamente nuestra más allá de cualquier tendencia, estilo o moda de turno.

Antes de seguir contándoles de nuestra experiencia, quiero mostrarles algunas fotos del trabajo de las chicas de Love is all (porque además una siempre se inspira con estas cosas) y porque era importante para mi saber que su estilo de decoración realmente puede adaptarse al estilo del cliente, nosotros en este caso.

Dicho esto, unos cuantos días después de nuestra evaluación, las chicas vinieron con su propuesta (que puede ser desde un 3D hasta algo flat como este), donde nos explicaban cómo es que ellas creían que debía ser la distribución del espacio (no me había dado cuenta que la sala por ejemplo ocupa actualmente las 3/4 partes del espacio sala-comedor). Nos dijeron qué elementos de los que tenemos en este momento funcionan para nosotros, qué deberíamos comprar, dónde hacerlo, a qué le podríamos cambiar de look y que espacios podrían maximizarse, minimizarse, destacarse, etc…

Nos dieron una ruta de trabajo y el detalle de cada mueble que ellas sugieren, desde la alfombra que deberías tener (y dónde conseguirla) hasta las lamparas y cómo instalarlas, con la posibilidad de adquirir todo a través de ellas o de nuestros propios carpinteros de toda la vida.

Con esa ruta pudimos ordenar nuestros cerebros y ver cuáles eran las mejores decisiones a tomar, tendiendo en cuenta que nos podemos tomar un par de años hasta completar todo el proyecto. Cero estrés es la política y eso es lo que necesito, y me encanta.

Abajo les muestro el primer plano que ellas nos mostraron. En el camino han habido unos cambios, como un juego de sala que heredé de mi abue y que voy a tener en mi casa sí o sí pero que debo retapizar y que pese a que probablemente no van mucho con la propuesta que nos han hecho, ellas entienden el valor sentimental y saben que tener esa sala en mi casa significa el mundo para mi.Perdonen si este post salió más largo de lo esperado, pero quería realmente contarles mi experiencia con profesionales de experiencia porque, mira tu, quién sabe y tal a ti mañana te pasa lo mismo y acá encuentras una solución.