Me siento súper contenta y orgullosa de los cambios que poco a poco vamos logrando en la casa. Estoy investigando mucho tratando de hacer compras inteligentes, reutilizar lo que ya tengo (creo que eso de restaurar muebles está en mi ADN!) y buscar un balance entre la tendencia, lo que me gusta y lo que con dos niños, nos funciona. ¡Aunque hay sus excepciones!

Finalmente, la cama en que José y yo dormimos todos estos años, que es la misma que él usaba de soltero, la pasamos a la casa de mi mami con la seguridad de que tal vez alguno de mis hijos la necesite. Y nos hicimos de una cama nueva y con eso, un colchón nuevo (con todo y sábanas y almohadas) y mandé pintar mis mesitas de noche.

¡Sigue leyendo que te cuento todo!

Hacía tiempo que queríamos una cama nueva y más grande porque voy a confesar que, nos encanta meternos los 4 a la cama todos juntos (por un rato ) (colecho lovers, qué te puedo decir) (mientras no duerman incrustados en mi cuello, todo bien).

Nos moríamos de pena de dejar ir la cama de José hasta que le encontré un lugar en la casa de mi mami pero creo que eso sólo era excusa para no dejar ir nuestro amado colchón. Amamos el colchón que teníamos, fue una de nuestras más grandes inversiones cuando nos casamos y dejarlo ir no era tan sencillo. Hasta que hace poco conocí la fábrica de Paraíso y la tecnología inteligente que desarrollaron para sus colchones Velbed (imagínate, no tienen resortes, los Velbed son colchones de pura espuma!), y particularmente yo quedé enamorada de todo el concepto, desde la presentación (lo compras en la tienda y te lo llevas a tu casa en una caja y tu mismo la instalas!), que tiene 10 años de garantía y que tiene un sistema inteligente que “difumina los puntos de presión”, algo vital cuando cuando los chicos se meten a nuestra cama.

Aunque no lo creas, y con lo amante de la tecnología que es mi esposo, a él no le cuadraba mucho la idea, que si será muy delgado, que sí no será muy suave, muy duro, que cómo que son resortes, me hizo las mil preguntas y pude resolverlas uno a uno. Se dejó llevar y hoy estamos felices y enamorados de nuestro colchón, mis hijos aman más que nunca nuestra cama y estamos súper contentos, así que doble check a este tema.

Con eso, pasamos a la cabecera, y si bien al comienzo les contaba que tooooodo lo que estamos haciendo en la casa es a prueba de niños, este color de cabecera no lo es taaaaanto pero bueno nos estamos arriesgando con este beige tan clarito y hasta ahora, todo bien.

Para la cabecera, recontra stalker yo, desde hacía más de un año que venía siguiendo el trabajo de Maribel Flores en Creaciones Kiara Lingan, una fabrica en Villa El Salvador que hace trabajos hermosos y se veía todo súper profesional. Hace un par de semanas fui a su taller a conocer y ya, en un arranque de ya no ya la mandamos a hacer así, de capitoné beige y suuuuúper grande. Hicimos la cabecera, la tarima y toda la base forrada en la misma tela de la cabecera (cosa que me dijeron que hoy en día no está de moda, pero así nos gusta más).

No conozco a la señora Maribel Flores pero puedo dar Fé que es una emprendedora que busca salir adelante, es una mujer súper chamba y a mi eso me encanta. Le cancelé el 100% por adelantado (no sabía si había hecho bien o no porque es la primera vez que mando a hacer algo ahí) y llegaron puntuales, instalaron todo y quedamos súper contentos. Espero el próximo mes mandarme hacer una banca de dos cuerpos para mi comedor y otra para la sala, pero por mientras, mi cabecera lo es TODO.

Finalmente, estas mesitas de noche eran del color natural de la madera y se veían bonitas pero algo tengo dentro de mi ser que me impulsa a pintarlo todo de blanco (JAJAJAJAJAJA) así que llamé a Gaby de La Herencia (ella es una lectora de mi blog, emprendedora súper creativa con la que remodelé una cómoda que compré de segunda mano, el aparador de mi comedor que compré también de segunda mano, un ropero viejo que era de José Simón y una cómoda y escritorio HERMOSOS que le compré a la suegra de mi hermana y que puedes ver acá) y con pintura que asemeja a la tiza, le dimos un acabado wash beeeeello, y mis mesitas de noche quedaron así.

OJO: Muchas veces compramos muebles a 100 soles y esperamos que la remodelación cueste 50, y no es necesariamente así. Hay que tener en cuenta el trabajo súper personalizado que hay de por medio. Muchas veces la remodelación de algo de 100 me cuesta 200 o 300, más del doble, pero es el producto final -mucho más barato que puesto en tienda- con mi diseño el que tiene un valor sumamente especial y valga la redundancia, invaluable, así que atenta con eso y valoremos el trabajo a mano.

Como ya te conté antes, la pintura la hice hace unas semanas con HandyMan que me pintaron e hicieron mantenimiento a la casa. Era justo y necesario.

¿Qué sigue?

• Poner cortinas (sólo hay un roller blackout),
• ¿Tal vez cambiar mis lamparitas de Sodimac que tienen la vida?
• Cambiar la luminaria del techo que está bien antiguo -para qué te digo que no, si sí,
• Pero sobre todo, cambiar la alfombra de toda la zona de dormitorios, porque la pobre ya no da más (y yo tampoco). Estoy pensando en un hermoso porcelanato que vi en Rivelsa, de esos que imitan a la madera (los vi en la casa de una amiga y simplemente AMÉ)

DATOS:

• Los cojines decorativos los conseguí en varias tiendas por departamento a súper precios, es temporada de ofertas, desde CasaIdeas, H&M, Saga y Ripley.
• Si bien compré sábanas en Saga y Ripley, el gran descubrimiento fue Sabanas de 800 hilos Prime Home Collection, mi esposo los encontró en Facebook, el precio estaba mejor que en cualquier tienda por departamento, vinieron a la casa con las muestras y listo, las amamos!

¡Me cuentan qué les pareció!

(qué adulta me siento finalmente invirtiendo en mi habitación!