Andreitas de mi vida,

Maravillosa -y aterradora- fue mi sorpresa al llegar hoy a mi casa y ver que habían preparado keke de plátano, nuestra última chanchada favorita de todas las chanchadas que hemos hecho a escondidas de tu má.

El keke todavía está calientito en el horno, y tu y yo sabemos que ese es el mejor momento para disfrutarlo. Te acuerdas ese día que entre los dos nos bajamos el keke completito (perdonen la expresión, pero es cierto) y lo comíamos bañado en fudge??? Qué delicia, no???. Qué rico ver tu carita bañada en cocholate diciéndome, Seren, másssss!!! Y es que no hay nada que hacer, ni vuelta que darle, eres más sobrino mío que 20, una cosa casi casi de locos y dulcero hasta la pared de enfrente.

Hoy no tengo con quien comerme el keke, mi galán finalmente se puso a dieta y cuando él se pone a dieta, no hay nadie que le haga romperla ni por un segundo (ya quisiera yo gozar de esa inmutable fuerza de voluntad) y me da pánico la sola idea de bajarmelo solita -directo al poto!!!-, lo que es muy posible y te extraño por que sé que juntos, la historia tendría un final felíz.

Te cuento que hoy se supone que todos los helados D’Onofrio de carretilla están a un sol, cuando escuché la noticia lo primero que hice fue pensar en tí, como te gusta tu vasito! Cómo me quitabas mi Alaska de fresa….tienes la escalofriante capacidad de comerte tres helados al tiro…y yo pensaba brindar en tu nombre, pero la verdad es que no hubo ningún carretillero hoy por las calles, plancha quemada.

Mañana voy a ir a Polvos a comprarte tus videos y luego te voy a llamar y vamos a cantar juntos la canción de Mickey Mouse que tanto te gusta, todavía te acuerdas del bailecito que nos inventamos??? Espero que sí y espero que prontito podamos bailar juntos otra vez.

Te amo mi vida, te extraño como una chiflada condenada del mal y espero que esta noche duermas lindo, porque si alguien en esta vida sabe dormir lindo, ese eres tu cielito.

Besitos.