Otro post de esos, en los que pretendo hacer una recapitulación de este último mes. Les contaba en el post pasado que, cuando veo que se me pasa el tiempo así, sin escribir acá, me pregunto si realmente he estado taaaan ocupada, si solo es flojera, o si ya perdí esa graciosa capacidad de ver y disfrutar las cosas chiquitas de la vida que finalmente, son las que hacen la vida.

Whatever. Blue jean serenade and moon river what you do to me? Es parte de la canción que tengo dando vueltas en la cabeza. Killers soon!!!

En fin, este mes lo comencé visitando a mi pequeño Andreas, mi sobri que cumplía 3 añitos de vida. El vive con su mami y su papi en el Valle Sagrado, así que mi viaje a Cuzco fue rapidísimo, solo pisé la plaza un micro segundo para correr a McDonalds por una mega hamburguesa, no había comido nada de nada en todo el día y no tenía ganas -ni tiempo, había que comprar piñatas, tico tico y serpentinas-de sentarme en algún sitio a pedirme algo que tarde 2 horas en venir. Fuimos al mercado, mi mami y mi hermana compraban las cosas mientras yo perseguía a Andreas por todo el mercado con un bate de plástico para piñatas en mano. El corría y yo jugaba a chaparlo. Ya no es un bebé, ya corre rápido pero yo siempre lo atrapo, y claro, tras cada atrapada me tenía que comer su poto.

De ahí un viaje de poco más de una hora, con un sunset como sólo la sierra peruana te puede dar, IMPRESIONANTE y de INFARTO es poco. El sol escondiéndose entre nevados y kilómetros tras kilómetros de valle, un cielo absolutamente naranja con toques rojos. Yo rezaba para que no me soroche por los cambios de altura, Andreas sentado en mi panza y el McDonalds.

Todo bien, el Valle una belleza y mi bebé un sujeto digno de toda adoración. Le amo y le amo maaaaal. Fueron días de “no hacer nada” aunque no pasé de 24 horas sin abrir mi compu y chambear, aunque sea una horita -vida de independiente, qué les puedod ecir-. En esos días, fue santo de mi mami y fue mi tercer cumpleaños otra vez. Cumplí tres años desde mi operación, -que bestia!!!-, a una que le dicen que su cerebro colapsa en una semana y mira pues, tres años después aquí sigo vivita y viviendo. Me celebré yo solita.

Pero había algo que les quería contar. Mi hermana vive en el Valle porque mi cuñado trabaja en un hotel nuevo, es el Aranwa, una belleza que tooodos tienen que conocer. Está escondido en medio del Valle, en medio de los cerros, tiene una zona de habitaciones con arquitectura moderna y otra más barroca y clásica.

La parte moderna está en una serie de edificios recién construidos, mientras que la parte clásica ocurre en una casona que había en la zona y que ha sido remodelada con piezas originales. No tengo fotos de eso (había que cuidar a nené), pero aquí les muestro lo que sí pude fotografiar.

Una habitación doble normalita no más, pero bella!

En una de las suites, la mesa del comedor tiene una lámpara araña roja, un toque de ecléctico ante tanta naturaleza.

Otra toma de otra araña (ya vi que son mi nueva fijación) en otra suite.

Mi cama. Cuando tenga mi cama va a ser como esta. Siempre soñé con esas camas de ensueño sacadas de los cuentos de Disney, así que esta versión moderna hecha por maestros de la zona me viene como una alternativa perfecta. Galán, apunta!

Una obra de arte en una de las habitaciones.

Y una escultura que amé, amé y me encantaría tener, las polleras, los colores y los detalles son simplemente maravillosos, para contemplar.

Tienen también un spa alucinante!!!

La verdad es que mis fotos son muy malas, así que mejor visiten la pagina: www.aranwahotels.com

Es una cadena peruana, hecha por peruanos con capital peruano en territorio peruano, absolutamente de lujo, una maravilla que vale la pena conocer (y mi hermana que tiene una agencia de viajes tiene tarifas requetebuenas también).

Finalmente, regresé a Lima después de 15 días y había mucha chamba más esperando. Como si mucho fuera poco es mi frase favorita. El lanzamiento de la colección Verano 2010 de Gerardo Privat, un proyecto con el PerúModa que desde ya me tiene coca-cola y ya me vi como candidata a un segundo colapso pero esta vez nervioso, mis artículos en la sección Estilo de la revista Poder que me tienen más que contenta, la generación de contenido para unos catálogos que son toooooda una nueva experiencia, y no me acuerdo que más.

Me voy a almorzar, un beso a todos!