Es navidad.

Finalmente, el año se va, se fue, y empieza uno nuevo.

Siempre he sido fan de la navidad, más nunca del año nuevo, pero todo cambió en el 2007 cuando abrí este blog, justo después de mi operación, todo lo bueno llegó. Y la vida tomó un nuevo sentido.

Estar con la familia se volvió más importante que nunca. Recobrar y mantener a los amigos. Encontrar el amor, encontrarme a mi y disfrutar de vivir. Puede que esté mal de mi parte, pero la navidad y estas fiestas en general son como un maravillo recap de lo vivido y si antes lo malo o lo que no hice me deprimía -por qué siempre tendemos a ponernos un poco tristes en estos días?-, ahora forman parte de una lista de cosas por hacer que me llena de emoción y de energía, porque tengo a mi familia, porque tengo a mi amor, porque tengo vida y la quiero vivir.

Y quiero lo mismo para ti. Quiero que celebres la oportunidad que has tenido de estar viva y vivir. La salud, el amor, la familia, son indescriptiblemente vitales para respirar, y si los has tenido debes de celebrarlo. Y si no, tu aún sigues acá, de pie, llena de sueños e ilusiones que jamás deben derrumbarse, porque mientras tengas vida -y perdonen que repita tanto la palabra vida pero es que así lo siento-, te decía, tu sigues acá, con vida y vivir es más que tu derecho, una obligación.

No se cuál sea tu religión o tus creencias. Puede que creas en tu Dios o que no creas en nada pero este es tiempo de soñar, de ilusionarse, de amar, de abrazar y de besar. De decir te quieros más de la cuenta, de perdonar y volver a empezar.

Y eso es lo que quiero hacer. Así como quiero agradecerle a Dios por ponerme en este camino y por traerme gente tan maravillosa a mi vida. Yo solo puedo agradecerte a ti que estas leyendo esto, agradecerte y desearte unas fiestas llenas de amor, de vida, de sueños, de esperanza y alegría. Porque Dios vuelve a nacer, y eso hay que celebrarlo.

Los adoro con el alma. Que pasen una feliz pero muy feliz navidad.