15 de Julio del 2013
10 meses
Mi pequeña gigante ya tienes 10 meses, y hoy mientras manejaba pensaba en esa carita tuya, en esos ojos grandes que se emocionan con cada descubrimiento, en tu sonrisa emocionada y en tus rulos, muero de amor por tus rulos.
Las horas, los días y las semanas se pasan demasiado rápido y aunque a veces no encuentro el tiempo ni las palabras -y es que no hay nada más deli que comerte a besos- para decirlo todo, hay cosas que por principio no se pueden quedar sin decir.
Como que cumpliste 10 meses ratona de mi corazón y a estas alturas de tu cortísima vida y si contamos que el embarazo dura 40 semanas y no 9 meses, ya vas más tiempo recorriendo el mundo de mi mano, que en mi panza. Son 10 meses, 10 kilos, 9 dientes y un gran resfriado que gracias al cielo terminó. Fue de las peores cosas que me pasó en la vida, créeme que me podría 10 epidurales más antes de vivir atenta a tu respiración, hacerte dormir sentadita para que no te ahogues y abrazarte, cantarte y mecerte cada madrugada hasta que todo terminó. Fueron mis peores días hasta que volviste a sonreir.
A tus diez meses te paras solita, cantamos la de Pinpón hasta llegar a la garraspera y das pasitos agarrada del sillón y eres una campeona devorando zanahorias. Y brócoli y apio también. A tus diez meses sueles dormir de corrido pero de vez en cuando terminas como dueña y señora de mi cama, durmiendo a tus anchas cuando tienes mucho frío o no quieres estar sola. Confieso que son esos momentos los que me hacen dudar entre diciplinarte o abrazarte. Te dejo en tu cuarto, te paseo hasta dormirte o simplemente invades mi cama? Me da miedo no hacer las cosas bien.
Y es que estos diez meses han sido una constante lección para mi. La felicidad y mis miedos caminan de la mano todos los días al punto de que sinceramente no se si podría pasar por esto otra vez. Nunca fui tan insegura como lo soy ante ti y las decisiones que debo tomar por ti. Te baño de día, o de noche? Te doy zanahoria o beterraga? Te dejo en el paraíso de las siestas largas o corto tu sueño a la hora para establecer un horario? Cada decisión se siente titánica porque repercutirá en la persona que serás, y siento la presión por hacer de ti la mejor persona que puedas ser, tu mejor versión cada vez y cuando creo que me equivoco, que pasa como que cada media hora en realidad, la culpa se vuelve mi enemiga. Y es que no es facil, en ningún libro, película ni manual te enseñas de qué se trata esto de criar seres vivos y aunque me encantaría que cuando seas madre acudas a mi por consejo y ayuda, cada persona es un mundo y no hay más manual que el día a día. Yo escribo tus días con la esperanza de hacerte feliz, única, inteligente, responsable, amorosa, sana, fuerte…en fin, todo lo que una madre quiere para su hijo y la sola posibilidad de fallarte me persigue como el peor error de mi vida.
Tu eres mi mayor logro y no te quiero fallar.
A tus diez meses tus logros son infinitos y yo tu complice y testigo. Con papá nos disputamos el título por tu más ferviente admirador y entre nos debo confesar que la mayor parte del tiempo el me gana porque creo que la relación de papá e hija es única y yo se que desde mi lugar de mamá y esposa debo velar por ella, por ustedes dos para que siempre se amen y se adoren como sólo ustedes dos lo pueden hacer.
Ayer, a tus diez meses, borrachita de sueño recorriste mi cama hasta caer rendida en sus brazos. El casi casi que lloraba de la emoción, nunca lo habías abrazado así y entendí que ese era tu regalo por tus 10 meses, le regalaste el abrazo más tierno y hermoso que una hija le puede dar a su papá, entendiendo que su vida puede ser gracias a él y él te celebró como el papá más feliz del mundo.
A tus meses mi chiquitolina dominas el arte del gateo de forma presumida e independiente, mirandome y partiendo la carrera para que en un dos por tres, ni bien me di la media vuelta, estés en cualquier lugar menos donde e dejé. Chapoteas feliz en tu tina, eres increíblemente bella cuando duermes y si bien tu risa no es la más melódica en el mundo de las risas de bebé, es tuya y por ende, es mi risa favorita.
A tus diez meses mi amor te sigo dando de lactar y mi pecho, mis brazos y mi cuerpo siguen siendo tu templo favorito para descansar. Soy tu lugar seguro y aunque se que se nos acaba este tiempo juntas, siento que no se cómo es la vida sin darte de mi. Y se me cae una lagrima mientras escribo esto porque no consigo la vida sin que seas así, parte de mi. Y me entran todos los miedos del mundo pensando que no seré una buena madre para ti, que dejarte ir así, puede hacerte daño de alguna forma y no me perdonaría nunca el hecho de lastimarte, de hacerte sufrir, de que no encuentres consuelo cuando algo te ocurra o de que yo no sepa cómo calmarte si algo sucediera. No sabes cómo tiemblo y tiemblo de miedo y de culpa porque se que ya no me queda mucho más y porque como tu mamá se también de que vas a estar bien. Pero, y si no?
A tus 10 meses, tengo tantas emociones encontradas y amor y felicidad como culpas y temores. Tomo un poco de aire y sigo, que ya te despertaste de la siesta y nos toca jugar. Te amo.