Por la hernia discal que me van a operar el día de hoy no he tenido la suerte de poder pasar mucho tiempo en la cocina, o mucho tiempo de pie inclusive. Sin embargo no quería dejar pasar el compromiso de regalarles una receta al menos una vez por semana. Así que me puse a pensar en algo que pueda hacer rápidamente, que sea rico, y que cualquiera pueda probar en casa. Y se me vino a la cabeza preparar un keke, un Vainilla Pound Cake. ¿Qué es? Pues es el keke de vainilla por excelencia, ese cake que nunca te falla, que puede acompañarlo todo y ser base de otras creaciones. Nada mal para tenerlo como as bajo la manga, ¿no? Además se trata de una receta en la que pueden participar sus hijos, sobrinos, amigos, ya que se basa en combinar algunos elementos de forma sencilla. Yo mismo empecé mis pininos en la cocina horneando cakes con mi hermana y mi mamá, así que me parece un gran comienzo para cualquiera, y sin duda alguna, un buen proyecto de domingo para cualquier familia.

La siguiente es una receta base sobre la cual pueden experimentar, pero su éxito radica en su sencillez, así que les recomiendo seguirla al pie de la letra al principio, y luego ponerse creativos.

Para el Vainilla Pound Cake necesitarán lo siguiente:

• 2 tazas de azúcar blanca
• 1 taza de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
• 5 huevos
• 2 cucharaditas de esencia de vainilla
• 3 tazas de harina preparada
• 1 cucharadita de polvo para hornear
• 1 taza de leche fresca

En la fotografía verán algunas frambuesas, crema de leche y hasta moras. La verdad es que el cake es muy rico solito, pero como se trata de un keke base, me encanta adornarlo con algunas cositas más a la hora de servirlo.

Ahora sí, la preparación. Empezaremos pre-calentando nuestro horno a poco menos 180 C. Se trata de un horno a temperatura suave. Del mismo modo, usaremos un molde que habremos previamente enmantequillado. En este caso usé un molde de silicona y no metálico. Les cuento más sobre esto más adelante.

Ahora sí, en un bowl para batir colocaremos los 5 huevos, el azúcar, la vainilla y la mantequilla y procederemos a batir en una velocidad muy baja hasta integrar todos los elementos de forma homogénea.

Esto nos tomará un par de minutos. Inmediatamente después, subiremos la velocidad de la batidora a alto, y batiremos por unos 5 minutos. Luego de esto deberíamos tener una buena contextura.

Bajaremos nuevamente la velocidad al mínimo, y agregaremos una taza de harina, y seguidamente un tercio de taza de leche. Batiremos hasta incorporar todo a la mezcla. Añadiremos una taza más de harina, y otro tercio de taza de leche fresca. Seguiremos batiendo hasta que nuevamente este último añadido se incorpore a la mezcla. Finalmente añadiremos la última taza de harina con la cucharadita de polvo para hornear y el último chorrito de leche restante. Batiremos hasta que la mezcla se vea homogénea, más o menos así:

Personalmente me encanta preparar esta clase de recetas con Valentina. Su entusiasmo por tirar encima todos los ingredientes uno tras otro es contagiante, así que para contenerla, nos mandamos una bailadita mientras nuestra batidora trabaja.

Una vez que tenemos nuestra mezcla lista, tomaremos nuestro molde previamente enmantequillado y lo llenaremos.

Aquí un dato. Si se dan cuenta, he llenado el molde hasta casi un dedo por debajo del límite superior (quizás un poco menos). ¿Por qué no dejé más espacio? Porque se trata de un molde de silicona, y estos moldes tienden a permitir que la mezcla se transforme en un delicioso keke sin ejercer la presión que un molde de metal presenta. De esta forma, el keke puede crecer no sólo a lo largo, pero a lo ancho sin muchos problemas, y sin rebalsarse. Sin embargo, si usan un molde metálico, tomen la previsión de dejar al menos dos dedos del borde para evitar derrames en el horno.

Todo listo? Pues a meter nuestro molde al horno! En repostería es muy importante poder controlar los tiempo, así como las medidas, así que te recomiendo que uses un cronómetro. Nosotros usamos a Don Huevito, nuestro cronómetro de cocina favorito.

Ponemos a nuestro cronómetro en 1 hora, y esperamos que nos llame la atención 60 minutos después. Eviten la tentación de abrir el horno en mitad de la cocción, ya que sólo interrumpirán el proceso cambiando la temperatura del horno. Cerca a la hora, puede ir a echar un vistazo rápido, pero procuren hacerlo sin abrir el horno. Si todo sale bien, a los 55 ó 60 minutos tendrán algo así:

Ven a lo que me refería con que el molde de silicona permitía que el keke crezca a lo ancho? dejamos enfriar nuestro Vainilla Pound Cake por unos 10-15 minutos y lo desmoldamos.

Listo. Si todo ha salido bien, cuando cortes tu Vainilla Pound Cake te encontrarás con una miga suave, una contextura esponjosa y para nada dura, y un aroma a vainilla sutil que te abrazará con cariño.

Hora de jugar! En casa, y para no complicarnos la vida, servimos una buena tajada de nuestro Vainilla Pound Cake con crema batida, frambuesas frescas y algo de la mermelada que preparé con Valentina antes de Navidad.

A Valentina le encanta, en la cocina nos tomó 15 minutos de preparación, y 1 hora de horneado. 5 minutos más para desmoldar, cortar y adornar. 2 minutos para devorar.

Este cake es para mi un ejemplo perfecto de aquellas cosas simples que nos pueden hacer felices. Una tarde de domingo, familia, amigos, y un rico postre hecho en casa. Espero que lo prueben y me cuenten qué tal les va! Recuerden que este cake es realmente un cake base. Pueden añadirle almendras, castañas, algún licor, arándanos, frambuesas, rayadura de limón, usar otros moldes, etc, etc, etc. Experimenten en la cocina y diviértanse!

Nos vemos el próximo lunes con otro “La mesa está servida”.