Como ya muchas de ustedes ya saben, la semana pasada Ripley presentó a Sarah Jessica Parker como su nueva imagen. Ella será ahora el rostro de una serie de marcas que Ripley introduce a nuestro mercado tales como River Island de Inglaterra, Veromoda y Only de Dinamarca, Tennis de Colombia y La Dolfina de Argentina. Conozco a muy poquitas de estas marcas, de hecho solo conozco a una de ellas así que darme una vuelta por la tienda próximamente está más que apuntado en mis planes.

Ahora sí:

¡CONOCÍ A SARAH JESSICA PARKER!

Qué te puedo decir…fue raro y muy emocionante. Lo que me pasó, y creo que a muchas de las personas que estuvieron ahí presentes, es que ella es todo y más de lo que uno podía esperar de tener tan cerquita a Carrie Bradshaw. Sarah Jessica es, físicamente, en sus gestos, en su forma de hablar y expresarse, Carrie Bradshaw. Como si Sarah Jessica hubiera recurrido a ella misma para la creación de ese personaje.

Bajo esa perspectiva, tengo que decirte que, qué raaaagio llegó Carrie a los 50’s, ella es todo lo que uno se podría imaginar y cuando sea grande, quiero ser como ella. Sus ojos son más bonitos, más azules y expresivos, su pelo es de un rubio perfecto está perfectamente ondeado, su nariz es tan imperfecta como podría sospecharlo, se viste increíble, camina como flotando (claro, tenía un séquito de gente que las resguardaba).

Conocerla fue un choque con mi ícono de moda, con mi amiga del alma, la mujer a la que le quería contar que a pesar de todo amo a Big, que me parece un hombre regio pero complicado y que Aiden hubiera sido un error. Quería contarle que sus amigas son también mis amigas y que amo el Cosmopolitan, la moda y a la ciudad de New York gracias a ella. Queria abrazarla y decirle que somos besties. Demasiado groupie, lo sé, así que más de una vez tuve que recordar a quién tenía al frente.

No fue, para nada, como cuando tienes la idea de una persona y cuando la conoces, zas, te das con la sorpresa de es que más pequeña, más alta, más flaca o más gorda de lo que te imaginabas, no, ella es exactamente lo que me imaginaba, ella es como es y eso fue lo que nos dio.

Pero ahí viene el truco.

Sarah Jessica Parker no es Carrie Bradshaw y poco a poco, a medida que la escuchas hablar, te das cuenta de eso. La gente le pedía desesperadamente consejos de moda, y ella como buena New Yorkina que es, independiente, única y muy directa, no los daba alegando que cada persona debe conocer sus propios gustos, que si ella tuviera que dar un único consejo de moda, es que seas fiel a ti mismo y ya está.

Claro uno pensaría en las mil cosas que Carrie podría decirte en una verborrea sobre los básicos, las tendencias, qué se usa, cómo se usa, etc….pero vuelvo al punto, SJP no es Carrie, y rápidamente -aunque por momentos me perdía, lo confieso- debía recordar que quien estaba frente a mi era SJP, y aunque las dos son personalidades del mundo de la moda, eso es innegable, son también mujeres distintas.

Conocerla, aunque fuera un ratito, fue mind blowing, fue una sorpresa, mi cerebro andaba a mil haciendo constantemente un match entre ideas y emociones en mi cabeza. Esa noche, lo reconozco, me fui a dormir una sonrisa en la cara. Adoré conocerla