A tus casi cuatro años mi bella, se me ocurrió que podría hacerte un post contándote un poco de cómo eres, cosa que cuando la memoria me falle (algo que pasa demasiado seguido, seamos sinceras) simpre puedas volver a este lugar a recordarte, porque pase lo que pase en tu vida, es acá, en tu niñez, que encontrarás las bases de quién eres hoy.

A tus cuatro años mi princesa, sabes que el mundo es tuyo y nada más que tuyo. Papi y yo te repetimos todo el tiempo que puedes lograr lo que quieras y ser quién quieras ser. Te enseñamos a trabajar por eso, obviamente nada viene gratis ni fácil pero no dejamos que te limites, que nos digas que no puedes si no que te enseñamos a intentarlo una, dos, tres veces más, a pedir ayuda cuando lo necesites y a no rendirte. No eres una chica que se rinde, y eso me encanta. Eso sí, a tus casi cuatro años se te ha dado porque no quieres comer frutas ni verduras y ese es mi gran tormento. Ahora no, tal vez más tarde mami, gracias me dices cada vez que te ofrezco (así sea plátano con leche condensada, no me la aceptas!), pero confío en que esta no es más que una etapa. A tus cuatro años AMAS estar en vestidos y ya no te opones tanto a los jeans como el año pasado, que déjame decirte, durante tus tres añitos habrás usado jeans 5 veces, no más, el resto ha sido vestidos y panties.

A tus cuatro años, mi Valentina, yo no puedo más que morirme de amor por ti. Te veo, y me faltan manos para abrazarte y besos para besarte. Eres mi paseo favorito, eres mi cielo más celeste y mi sol más brillante. Eres mi aire, mis ojos, mi fuerza para seguir adelante, mi mundo más bonito y mi lugar favorito. Te amo incondicionalmente, incansablemente, inmesuradamente y sé que sólo lo sabrás plenamente cuando tu misma te conviertas en mamá y yo solo le pido a la vida tiempo, tiempo y más tiempo para vivirla contigo. Tu color favorito es el rosado, tu peinado favorito es la cola alta aunque me pides también trenzas o vinchas con lazos, en rosado. Tus zapatos favoritos son “los tacones”, que no es que te pongas tacones de verdad, obvio, pero le llamas así a cualquier zapato con un pequeño taquito (como los LalaLove que ves en todas las fotos de este post). Al comienzo yo quería que los guardes para momentos especiales pero contigo descubro que todos los días son especiales y que un zapato tiene una mejor vida cuando es bien vivido. Y tu sí que los vives. Contigo mi amor renuncié a la gran mayoría de eventos nocturnos que mi trabajo demanda, porque descubrí que no hay mejor momento del día que conversar contigo cuando sale la luna, acostarte, leerte un cuento y hacerte dormir. Contigo redefiní mis noches y eso es gloria para mi. A tus casi cuatro años, tus desayunos favoritos son los huevitos “con yema”, los panqueques y el yogurt de vainilla con cereal. Adoras el helado de chocolate y ya estás aprendiendo a cocinar. El ceviche y la limonada están también en tu top 10. Me matas de amor cuando le das la teta a tus muñecas y abrazas a tu hermano, lo amas con los ojos, con las manos, con tus sonrisas y con los apodos que cada día te inventas. Me ayudas con sus pañales y con sus baños y te sientas a mi lado cuando me tengo que maquillar. Muy de vez en cuando te pintas las uñas y tu primer corte de pelo no fue si no hace dos meses. Conversas sin parar, inventas historias y tienes poderes mágicos, bailas con todo tu pequeño cuerpo y eres una trome pidiendo y diciendo “por favor” y “gracias”, no lo olvides, el mundo es más amable cuando pides por favor y das las gracias. Rezas antes de dormir y adoras viajar. Eres buena, eres noble, eres sensible y aunque sé que a veces te fallo por darle más atención a tu hermanito que la que te doy a ti, siempre me perdonas, me miras, me tomas la cara y me das besos en los cachetes, muchos, y con eso te recupero y desbordas todo dentro de mi.

Eres la mejor hermana mayor que Sebastian podría pedirle a la vida, la mejor hermana mayor. Eres bonita, eres muy bonita y jamás me cansaré de decírtelo, porque ya verás que si bien vivimos en un mundo maravilloso, a veces las personas son crueles (nunca falta el niño que viene y te dice “fea, eres fea”) y rompernos es sencillo, quiero que seas siempre fuerte, bella por dentro y por fuera, segura de ti, de dónde vienes y a dónde vas. Eres, mi Valentina hermosa, eres todo para mi.