
En como si saliera de una dimensión desconocida, pero me parezco a mi papá cuando me subo al auto por las mañanas y pongo RPP en automático, prefiero escuchar noticias en vez de poner música en las mañanas. Me parezco a mi papi cuando cada mañana ni bien me levanto pongo a hervir agua y cada noche repaso que todas las luces de la casa estén apagadas y cada uno de mis hijos sano y salvo en su cama.
Me parezco a mi mami cuando no comienzo mi mañana sin mis dos tazas de café, cuando me pinto las uñas con esmalte rojo y cuando el cuerpo me pide un chocolate por la noche.
Me parezco a ellos más de lo que pude jamás imaginar, en especial ahora que soy mamá y siento esa entrega absoluta que sentía mi mami por nosotros. Me parezco a él cuando trabajo todas las horas que tenga que trabajar y me saco la mugre para que a mis hijos no les falte nada nunca jamás.
Me parezco a él cuando pongo mi playlist de salsas de alcoba y me sé todas las letras de las canciones, me parezco a ella cuando me desespero por ser extremadamente puntual al ir, venir, llevar o traer a Valentina, siempre quiero ser la primera y que mi Vale sepa siempre que yo estoy afuera esperando por ella.
Me parezco a mi mami cuando no me gusta que haya nada sin lavar en el lavatorio de la cocina y cuando me gusta que el almuerzo esté listísimo desde temprano. Me parezco a mi papá cuando veo que soy una madrugadora convencida de que tengo que ganarle horas al día.
Me parezco a mi mami cuando sé que tengo “ropa de casa” y me cambio ni bien llego, cuando no soporto estar en la la cama con jeans ni para ver tele y cuando tengo siempre mis zapatos para estar entre casa al pie de la cama.
Me parezco a mi papi cuando hay veces que todo lo que quiero es bailar, cuando saludos a todos y se me da simplemente por conversar.
Me convertí en mamá y en muchos sentidos, me convertí en mi mamá, y en mi papá también.
Las frases que uso para corregir a mis hijos trasladadas a mi propia experiencia, mis expresiones, manías y costumbres.
Cada una diseña su propia maternidad, eso es cierto, cada una de nosotras tiene todo para ser la mamá que quiere ser pero es increíble cuánto interfiere nuestro entorno, de dónde venimos y cómo nos han formado!
¿Tu también te pareces a tu papás?
No es necesario que tengas una familia para ver cuanto te pareces a ellos. Yo vivo sola desde hace unos 5 años aprox y me doy cuenta de cuanto de mi madre y de mi padre tengo en mí
jajaja.
Yo repito los mismos dichos de mis papas !!!! Y me quiero morir !!! Jajaja se los digo a mi hijito y a mi esposo
Nos parecemos mucho a ellos y es un orgullo seguir sus buenos consejos y conductas, pero también es un reto y compromiso no seguir aquellas que no lo son.