Cuando Valentina nació, si bien durmió en mi habitación los primeros meses, cada cambio de pañal en la madrugada lo hacía en el mueble cambiador que habilitamos en su cuarto. Ahí tenía todo a la mano y nos resultaba sumamente cómodo (aunque en una noche podía pasarme de un lado al otro cambiando pañales, pero nos funcionaba).

Hoy, Sebastian duerme también en mi habitación pero como en teoría comparte el espacio con su hermana, él no tiene un cambiador institucionalizado por la ley si no que –para no despertar a Valentina y con el pretexto de que se mueve mucho y ahorita se me viene con todo y el cambiador al suelo– hemos optado por cambiarlo encima de mi cama, en mi cuarto (al menos los cambios nocturnos) cosa que no estoy segura sea la mejor, pero por ahora nos funciona.

Al comienzo la cosa era medio caótica porque por ahí había que cambiarle la pijama a media noche y debía entrar al cuarto de Valentina que dormía, o me quedaba sin babitas limpias justo cuando venía un chanchito gigante y en la urgencia le pedía a José que me traiga un par del segundo cajón del mueble sobre la mano derecha, así que ya te imaginas la escena, entrando al cuarto de Valentina a oscuras, linterna en mano, tratando de no hacer bulla a buscar algo y renegando porque no la encontraba y yo renegando porque no puede ser que no las encuentre y la cosa podía ponerse medio loca especialmente si el bebé se arrancaba a llorar a todo pulmón….así que recordé las enseñanzas que mi amiga Rosalba me dio con Valentina cuando ella nació, y agregándole un poco de experiencia propia, y llegué a la conclusión que lo mejor es tener el Kit de Sebastian.

Hoy, cada tarde, a las 6pm, me aseguro de tener en mi cuarto, en una canasta armada, cosa que si necesito algo ya sé que tengo todo en un solo lugar y me evito el corre-corre:

• Toallas para el baño (siempre tengo dos, una que uso para sacarlo de la tina y otra para apoyarlo sobre la cama) (después de mucha prueba error bañarlo entre las seis y siete de la noche es lo que mejor nos funciona, al menos por ahora)
• Su jabón/shampoo, aceite para masajes y cremita para el pompis.
• Neceser con medicina (básico su termómetro, Panadol y algo para los gasesitos y cólicos)
• Unos 6 pañales cómo mínimo teniendo en cuenta que son los que usaré entre las 6pm y las 6am (Puedes creer que ya somos talla M??? Hemos pasado de los Huggies RN, a la talla P y ahora a sus Natural Care talla M! Siempre le cuento –mientras le voy cambiando a lo ella habla sola que ahora usa pañales con dibujitos de Mickey, pañales de gente grande especialmente pensados para hombrecitos con absorción frontal (cosa que no había en las épocas de su hermana que usábamos el mismo pañal para todos) y aunque estoy segura que no entiende mucho de lo que le digo, al menos se ríe mientras le hablo y le muestro los dibujitos.
• Toallitas húmedas.
• Un mat cambiador para usar sobre la cama (incluso puede ser un protector de cama desechable como los Plenitud)
• Dos mudas de pijama (con medias incluidas porque ha habido noches que incluso las mediecitas caen en desgracia)
• Dos baberos y dos babitas.

Con Valentina tenía algo similar con la diferencia de agregar un chupón (dos, por si uno se me caía al piso) y el calentador de biberones sobre la mesa de noche para calentar mi leche que se la daba en biberón (qué suerte la mía!). Cuando creció y ya no tomaba leche materna, siempre tenía igual un azafate con un termo de agua caliente (tibia en realidad) y su leche en polvo, cosa que si necesitaba darle de comer en la madrugada tenía todo a la mano.

La idea es que cada mami personalice esta canasta y arme su propio kit dependiendo de sus necesidades pero con la idea bien clara de tener cerca y todo junto en un sólo lugar lo que solemos usar en las noches, que a veces pueden ser largas y locas noches.