La mejor hermana mayor

Escrito por: Vanessa
Big Sister

Desde antes que naciera Sebastian, un poco a ciegas y sin tener bien claro cómo se hace esto, empezamos a preparar a Valentina para ser la “mejor hermana mayor”. Empoderarla en su nuevo rol y que no sienta que viene un nuevo bebé a reemplazarla fue fundamental. Y honestamente creo que hicimos un buen trabajo.

Desde que nació Sebastian tratamos de mantener espacios mamá e hija y crear nuevos papá e hija para que ella no sienta que su lugar ha sido tomado. En la medida de lo posible tratamos de no alterar su rutina aunque hubieron momentos, como las noches, que sí se vieron alteradas. Hasta que nació Sebastian, es decir, por 3.5 años, yo acompañé a Vale a su cama, leímos cuentos y la acompañaba a dormir. Con la llegada del bebé y yo muchas veces sola en casa con los dos, a esa hora no lograba entrar en el cuento porque Bachi me pedía teta a la vez, brazos, paseos, etc…y llegó un momento en el que con mi espalda partida en 20 dije no más y decidí, a las 7pm, meterme con los dos a mi cama hasta que se duerman.

Si bien Vale extrañaba su cama y su cuento, trataba que de todas maneras hayan historias antes de dormir y que así la cosa no se sienta tan radical. Pero tratarla como la “hermana mayor” ayudó muchísimo en esta transición.

Creo que ella empezó a sentirse dueña y contenta en este nuevo rol. Me pasaba los pañales, los pañitos húmedos, la toalla luego del baño, le jabonaba los piecitos o le hacíamos shows al bebé para distraerlo. Cosas sencillas, sumamente sencillas pero que siempre vinieron de la mano de “gracias por alcanzarme las medias de tu hermano mi amor, eres la mejor hermana mayor”. A medida en que Sebastian crecía, cada uno seguía en su rol. Hoy Vale elige un día el sabor del helado porque es la hermana mayor, pero al día siguiente dejábamos claro que Bachi elige la canción en el auto porque es el hermano menor. Y así los turnamos hasta ahora.

Y si él se lastima la incentivamos a que lo abrace y consuele, a que no compitan entre ellos, a enseñarles con el ejemplo, a que se hablen, a que se hagan regalos como dibujos hechos a mano, a que se digan Te quiero mucho sin temor, a que se atiendan mutuamente en las cosas más sencillas (como cuando le pido a Vale que se lave los dientes y que deje el cepillo de dientes de su hermano listo con la pasta de dientes, o en las mañanas cuando yo preparo las leches Bachi es el encargado de llevarle la suya a Vale), y así.

Desde ayudarlo con el pega pega de zapatilla a elegir su ropa algunas mañanas, son pequeñas cositas las que tratamos de hacer con los chicos dándole a cada uno su lugar, su rol.

Y ahora toca prepararlo a él para ser el hermano mayor del nuevo integrante de la familia y siento que el trabajo será un poco más retador porque no tiene ese “espíritu maternal” que Vale chorrea por los poros, son dos niños diferentes y está clarísimo que lo que me ha funcionado con uno, no tiene que obligatoriamente funcionarme con el otro, pero será bonito verla a ella, que tendrá esta vez 7 años, abrazar este nuevo rol así como verlo a él, con sus 3.5 convertirse también en hermano mayor y a la vez el hermano del medio.

Cada noche le pido a Dios sabiduría para manejar las situaciones que la vida me presenta y esta es una de las que se lleva más oraciones, que en el camino de traer un nuevo miembro a la familia logre mis otros dos hijos sigan siendo niños felices, seguros de sí mismos y seguros de nosotros.

Si tu también tienes más de un hijo cuéntame qué secretos, técnicas o palabras mágicas te ayudaron en este camino.

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