27 de Diciembre de 2008
Incoherencias de estas fiestas |
Yo me quejo y me quejo dramáticamente (y es que un poco de drama siempre es necesario para sobrevivir en esta vida). El año pasado me quejé y obviamente este año lo vuelvo a hacer, y es que no puede ser, no me parece justo. Mientras el resto de mundo durante estas fiestas están empezando a vivir ,un frío invierno, nosotros estamos empezando el verano, sin piedad alguna.
Y no pues. Lonches navideños, intercambio de regalos (aunque este año debido a mi escasa vida social no me gradué de socialité, ni en broma), almuerzos por acá, reuniones familiares por allá, la cena navideña del 24 por la noche (que la pasé regio!), el desayuno navideño del 25 y el almuerzo navideño también del 25, que te obliga tajantemente a seguir comiendo lo mismo los días siguientes porque nadie quiere cocinar y la comida se queda. Galletas navideñas (no hechas por mi), chocolates divinamente envueltos y kekes recargados de frutas secas, sin contar el panetón (sabían que somos uno de los principales países productores de panetón, en el mundo???) y cuanta nueva tradición se le ocurra a la familia celebrar, dejan estragos. Y me olvidaba, los heladeros empezaron hace ya un tiempo a salir, tocar sus cornetas y hacernos caer en la más dulce tentación.
Y debo decir estragos del mal, porque dejan kilos extras y barrigas infladas, mofletes nuevos que aparecen en las caderas, rollos en la cintura y hasta una papada extra. Maaaaaaaaaaal. Mal porque nosotros peruanos se supone que al día siguiente y subsiguiente debemos ponernos bikinis, ir a la playa y aparentar que somos regios.
Por qué ah??? Porque recórchochils mientras el resto de comunes humanos pueden meterse en abrigos y chompas y cubrirse sus esplendorosos cuerpos tratando de disimular esta terrible realidad, a nosotros nos toca morirnos de calor y ver publicidad de chicas y chicos regios, todos bronceaditos ellos, mientras una acá sigue más blanca que 20, con un tonito de piel bien queso fresco.
Ahora pues, después de toooodo un año de cuidarme como loca, de tratar de mantenerme libre de los kilos bajados durante el 2007 (18 orgullosos kilos!), me veo acá, un sábado por la mañana, sentada frente a mi compu porque no hay forma que vaya a la playa. No way. Sí, lo sé, soy bastante traumadita en este sentido, pero es que no me puedo permitir la incomodidadde andar metiendo la panza, ni la mirada de mi mami que con cada bocado que me metía a la boca me decía: Seren, para ya. Y yo, segura de que todo lo puedo, seguía comiendo como buena, porque es navidad, porque es una reunion familiar, porque es época de celebrar.
Y ahora, ahora! A celebrar mis polainas! Ahora a hacer dieta drástica, one more time (como mi Brit), porque el calor azota, porque muero por ir a la playa con mi Adreitas, meterme al mar, jugar en la arena (sí, soy de esas tías que se embarran de arena con tal de jugar con mi sobri -que esta de lo más lindo-) tirarnos panza arriba a flotar en la piscina, usar mis vestiditos veraniegos sin cargo de conciencia, y lo que es peor, esperar de la mejor forma posible, el año nuevo.
No es justo. Encima, despúes de estas navidades, tenemos que sentirnos regias y flacas, bien ricas y apretaditas para celebrar el año nuevo. Porque ya sea que te vayas a una fiesta, o como mis amigas que se van toda la semana a la playa, debes pues enfrentarte al enemigo, al bikini, despúes de una semana de chanchadas y tragaderas por excelencia.
Lo bueno de todo esto, al menos para mi, es que despúes de vivir a dieta en pro de adquirir un estilo de vida sano, espero que la desinfladera sea más o menos rápida. Ya ayer hice el “día uno” de mi dieta que tan bien me funciona (regio para la primera desinflada), y hoy espero celebrar el día dos y mañana el día tres, y si la fuerza de voluntad me lo permite, llegar más desinfladita al día lunes para enfrentar el 4 día de dieta que es mandatorio y vital, porque el martes me reuno con Gerardo Privat para celebrar nuestro fin de año y el plan no es más que celebrarlo con sanguches de pollo bien mayonesudos y papitas al hilo, el antojo del mes.
No es esto incoherente? Las celebraciones como estas que más parecen fiestas patronales al celebrarse por toooodo un mes, deberían ser sólo y únicamente en invierno, cuando podamos taparnos como Dios manda y no tener que parecer chicas de calendario, pero claro, sin photoshop, porque nosotras sí somos de carne y hueso (aunque ahorita seamos más carne que hueso).