
Cuando caigo rendida y pongo cara de tonta al ver fotos como estas, es que me doy cuenta que soy de esas chicas que de bohemia no tienen nada más que un domingo con ganas de no hacer nada. Y es que esta es casi casi una verdad, amo el terciopelo, los peluches, el cuero, las lentejuelas, las siluetas ceñidas aunque eso me ponga a dieta de forma casi eterna. Amo los labios rojos, unos ojos dramáticos y la actitud de diva, aunque a duras penas me funcione.
Tengo mis días de jean y polo y casi siempre olvido los accesorios porque me la paso en un constante corre-corre, pero a la vez, amo eso arreglarme con toda la producción del caso, días en que siento que más es más. Sí, menos es más pero hay veces en que un poquito más y de más no me viene mal. Será por eso que soy una enamorada de Gerardo Privat y es él quien me hará el vestido de novia???
Pero ese no es el tema, no, si no la colección Otoño Invierno de Tom Ford. Acá lo vemos todo y en demasía. Terciopelos full, encajes, transparecias, maquillajes contundentes y dramáticos, ni un solo pelo fuera de lugar y me imagino que muchísimo perfume.
Sin quitarle una sola gota de glamour a la colección, será que hay formas de llevar esta producción a la vida real???
Puede que sí, si pensamos en ir con perfecto traje negro y labios rojos, donde las botas que además son peep toe (y creo que un factor importante en el look) llegan casi a la altura de la falda.
Puede que también si combinamos marrón con negro, que se ve súper sofisticado y nos hacemos de un mega abrigo que hoy en día en imitación de piel los hay muchos. Atención al pantalón que no es pitillo si no boot cut, el corte que regresa con toda la fuerza del universo y que se lo agradezco a los Dioses del Olimpo porque son los que mejor me quedan, ja!
Con peinados como estos, el binomio black and white toma nuevos aires y la falda tubo, que se las vengo cantando desde la semana pasada se vuelve más sofisticada que nunca. Paréntesis, (qué me dices de las botas de cebra!). Otra cosa, presta atención a la cartera de pelos, que es tendencia maaaaaaaal.
Cebras y más cebras. Aretes XL, encajes, borlas, encajes bordados y cuero. Obvio, muchísimo maquillaje.
Una bomba rubia que juega a ser la nueva vampiresa (atención al terciopelo).
Y más terciopelol Viste como el modelito de la derecha se parece al de la Beckham que también saco la McCartmey? Ahora Tom Ford hace de las suyas llevándolo a un nuevo nivel.
Un Little White Dress de puro encaje, formando nuevamente el perfecto binomio de blanco&negro. Y el clutch de pelos otra vez.
Ahora en encaje se casa con las transparencia. Fíjate, si es que tienes pensado hacerte un vestido, que el verde queda raaagio con un encaje negro.
Vestidos de noche que envuelven la figura.
Y algo de brillos, para darle ese nivel de vestido de alfombra roja que la colección necesita.
Puro deseo, pura obsesión. La fantasía de ser por una noche lo que puede que no seamos en toda una vida. Una Cenicienta que se aleja de la dulzura para capturar al príncipe como una todo poderosa. Excesos que nos alejan de la razón, de lo soso, de Candy y su Antony.
Al fin y al cabo, es soñar, la moda es un sueño que tratamos de hacer realidad.
Se que es mucho, no, es bastante, pero que hago, soy una mujer Tom Ford, o al menos en alguna vida lo fui…o lo seré. Al menos por un día.