(sí leíste mi libro, este capítulo te va a ser familiar, si no, cómpralo acá! )

Si hay algo que aprendí rápidamente desde qu decidí que trabajaría desde casa y no más en una oficina, es que auto emplearte y ser independiente no es para cualquiera. Requiere de mucha constancia, de creatividad y muchísimo más trabajo del que probablemente harías en un oficina porque ahora necesitas tener ese motorcito interno que hace que generes, generes y sigas generando ideas y proyectos que luego se traduzcan en ingresos.

Cuando eres independiente te vuelves en tu propio jefe, eso es cierto y rico, pero a la vez eres secretaria, veas temas de legales y contables, seas chofer y tramitador, todo en uno. Así que hay que tener madera para esto y realmente amar lo que haces porque ahora deberás remar todos los días hacia ese objetivo.

Soy independiente hace casi 10 años, no soy Free Lance ni trabajo de forma intermitente, yo soy mi propia empresa y trato de hacerla funcionar como cualquier otra empresa al menos en términos de horarios, además de ser esposa, mamá de dos y ama de casa, todo en el mismo lugar, y no tienen idea lo difícil que puede ser balancear todo esto al mismo tiempo.

Mi gran ventaja es que vengo del mundo corporativo de donde aprendí muchísimo sobre cómo debe funcionar o estructurarse un día laboral: Empiezas el día viendo tu correo, separando los pendientes de los urgentes, trabajando en algún reporte, llamadas telefónicas (siempre son y serán más eficientes que los correos y mensajes de texto), paras a almorzar, luego una reunión, más correos, más reuniones, seguimiento a los pendientes y finalmente el día termina, o algo así.

Trato de aplicar esa estructura a mi día a día aunque falle un día sí y el otro también por mis otras dos responsabilidades. Tengo que coordinar esto con llevar a y traer a Vale del cole (cosa que hacemos con mi esposo, nos turnamos, felizmente), la teta de Sebastian, acompañarlos a almorzar, llevarla en la tarde a sus clases de deporte al menos una vez a la semana, y encontrar siempre un tiempo para colorear con ella o jugar con plastilinas, llevarlos al parque y qué se yo.

Suena lindo -creo- pero súmale a eso preparar el desayunos, ordenar juguetes todo el día, tender camas, administrar la casa, preparar las dietas (jeje), gestionar la vida de dos bebés y sus necesidades constantes de tenerme a su lado con su mami veeeeeeeen, mami miraaaaaa, mami baila conmigo, mami vamos al parque, mami vamos a jugar hace que las cosas se compliquen y que responder un mail sea a veces maratónico.

Sé que soy una afortunada de la vida pero para lograr que todo esto funcione, organizarme, organizarme y volver a organizarme es fundamental. ¡Y vestirme también! Influenciada totalmente por el ejemplo de mi mami, trato siempre de estar arreglada a lo largo todo el día. No importa si ese día me la pasé trabajando 100% desde casa, si tuve que ir al súper mercado o a una importante reunión, una nunca sabe a quién puedes conocer a la vuelta de la esquina y no quieres que te tomen desprevenida.

Así que ya sea que trabajes desde casa o que trabajes en tu casa, uno de mis principales consejos es que te vistas para papel que te toca desempeñar y aprende organizar tus días, esa es sin duda una de las claves del éxito, pero además, he aprendido otras cosas que hoy quiero compartir con ustedes:

1. Despierta todas las mañanas a la misma hora y haz todos tus quehaceres personales de rutina.
2. Ponte un horario para empezar y terminar tu día laboral. En mi caso, Ana me ayuda con Valentina y Sebastian, ella llega a la casa a las 8 de la mañana y se va a las 6.30 de la tarde lo que me obliga sí o sí, a terminar mi trabajo dentro de ese horario y ser lo más eficiente posible. Eso me obliga también a que luego de las 6pm, me dedique completa y exclusivamente a mi hija, calidad de tiempo, hacemos de todo, bailamos, cantamos, leemos cuentos o simplemente vemos una película juntas antes de dormir.
3. ¡Vístete! Y no me refiero a buzos. Esfuérzate para que no te den las nueve de la mañana y sigas en pijama. No tienes que ponerte un sastre de oficina pero unos bonitos jeans, con una blusa y unas botas o balerinas estarán perfectas para comenzar la mañana.
4. Confía en mi, se que las peruanas no solemos maquillarnos mucho y somos muy amigas de andar por la vida con la cara lavada, pero no dejes de lado cuidar tu piel y aplica al menos una capa de máscara de pestañas y un poco de color en los labios. Por poquitito que esto sea, te vas a sentir arreglada. Además, no hay sensación más que linda que cuando recojo a Valentina con los labios pintados y ella me mira y me dice “mami que linda estás, qué lindo te queda ese color”, yo…..muero de amor!
5. Que tu horario incluya tener un momento determinado para almorzar. Eso de almorzar frente a la computadora mientras trabajo lo he hecho infinidad de veces y lo único que logras luego de algunos días, es caer en la frustración de que no tienes tiempo ni siquiera para almorzar decentemente, eso te lleva a pensar que tienes demasiado trabajo, eso te lleva a pensar que la vida te gana, eso te lleva muchas veces a deprimirte y sí, puede que tengas mucho trabajo pero la clave es y será siempre organizarte.
6. No te limites a un look por día, ¡esa es la suerte de trabajar desde casa! Puedes empezar el día con unos jeans y un sweater muy tranqui y pasar, para la reu de la tarde, a un look más profesional con pequeños cambios (o transformando por completo tu outfit): Agregas un blazer, cambias las balerinas por unos tacones altos, el bolso de diario por una cartera más profesional y listo.
7. Ten una zona de trabajo y hazla bonita, que sea la oficina que siempre soñaste con flores y decorada muy a tu estilo. Confieso que no soy la mejor en esto porque si bien tengo una oficina donde está todo mi material, revistas, files y útiles de trabajo, me gusta trabajar en la mesa del comedor ya que ahí tengo vista a la calle, a árboles, a mucho verde, para mi eso estimulante y luego de años trabajando en un cubículo me siento bendecida de poder trabajar desde donde lo hago hoy. Eso sí, al terminar de trabajar en el comedor siempre llevo mi computadora y lo que sea que haya usado ese día de regreso a mi “oficina”.
8. Pero ten además espacio asignado para guardar tus papeles, files, documentos contables y todo lo que vas a empezar a “coleccionar ahora”.
9. Ten un playlist de trabajo que acompañe tus días y te motiven siempre.
10. Aléjate de la cocina, ahora más que nunca es muy fácil que pases por la cocina, el keke y las galletas con más frecuencia y que antes y créeme, ese no es el camino que querrás tomar.
11. Además, y más que nunca, encuentra un momento para meditar y ejercitarte, no dejes que el día a día te gane sin tener este importantísimo tiempo para ti.
12. Aprende a dejar de lado tu celu. Sé que es una tentación porque no tienes un horario definido y debes hacer que tu negocio funcione y para eso, entregarte de cuerpo y alma es fundamental pero lo cierto es que ¡no lo es! Entrégate, sé apasionada pero ponte horarios y límites también. Responder un correo mientras hago dormir a Sebastian es un gran NO NO NO, ni mientras le cuento el cuento a Valentina ni cuando la recojo del cole. No soy perfecta en esto, voy 10 años en este camino y aún tengo mucho por aprender pero ahí vamos, dando pasitos y aprendiendo pequeñas lecciones.

Aprovecha la libertad que te da trabajar desde casa, sácale provecho a tu espacio y a tu imagen. Vestirte y maquillarte aunque sea un poco, así como ordenar tu espacio y organizarte no sólo harán de ti una mujer más eficiente si no que tu misma sentirás el cambio y lo que es mejor, tu esposo, novio o tus papis si aún vives con ellos, también lo notarán y sabrán lo serio que te tomas tus responsabilidades.