He llegado a ese punto en el que casi casi casi no tengo tiempo para nada. Es más, no sé cómo estoy sacando este post en este momento Si no es una cosa es otra, es el bebé, es Valentina, es la casa o es el calor, ya sabes lo que dicen #CulpemosALaNoche…es un proceso que espero vaya tomando forma pronto y se traduzca en una rutina -soy fan de las rutinas, especialmente con bebés de por medio- yo tengo Fé, sé que así será, si? no? Perú dime que síiii!!!

PERO, mientras tanto, mientras todo vuelve a la normalidad hay cosas mías que van pagando pato, que voy dejando de lado como por ejemplo, mi rutina de belleza de mañana y noche. Hoy día la cosa se reduce -cuando me acuerdo y ay mi Dios, me tengo que acordar porque a los 38 años, la cosa no se pone fácil y la belleza no viene gratis, ja!- te decía, se reduce por las mañanas a mi Pigmentclar para las manchas, de paso que hidrata y tiene SPF 25 (previa lavada de cara, eso sí que no paso por alto), o sea, mato tres pajaron de un solo tiro.

Por las noches, dependiendo de mi tiempo, me lavo la cara otra vez o me paso un algodón con agua miscelar para al toque no más aplicar unas gotas del Advanced Night Repair y si estoy recontra aplicada ese día, el Clinique Smart Eye, que la verdad debería usar más seguido porque la semana pasada una especialista de YBES me mostró lo “debilitado” que está mi contorno de ojos. Malas noches, ¿alguien?.

Me he simplificado al máximo, ando con puro serums hoy día porque me son más rápidos de aplicar y penetran al toque. Hay que adecuarse a la situación dicen, ¿no? Me imagino que a todas nos pasa, hay épocas en las que podemos dedicarnos más a nosotras mismas y otras, en las que no tanto, ¿hermanas en el dolor?