
(amo estas fotos de mi libro porque fue al día siguiente que las hice, cuando me enteré que Sebastian estaba en mi panza!)
Estas últimas semanas estuve asistiendo a una sesiones de coaching personal en Vea sin en realidad saber mucho qué esperar. Sé que la ayuda que te da un coach en distintos aspectos como laborales, profesionales, wellness o nutricionales ayudan mucho a encaminar ese aspecto puntual de la vida que una quiere mejorar, ¿pero un coach de crecimiento personal? Me sonaba tan ambiguo, sin embargo, llegaron a mi en ese momento preciso que me reafirma de que en esta vida nada es casualidad.
Venía yo teniendo unos días “nuevos” con Valentina. Y lo pongo así como “nuevos” porque al ser ella una niña de cuatro años que recién está yendo al colegio grande, ¡todo es nuevo! Mi relación con ella cambia y evoluciona cada día.
Cada día me viene con una ocurrencia nueva, con comentarios nuevos, preguntas nuevas, respuesta nuevas, reacciones nuevas, palabras nuevas…cada día hay algo nuevo para ella y eso hace que mi relación con ella, mis respuestas a sus preguntas, a sus reacciones, a sus propias respuestas ante mis preguntas y mis respuestas a sus palabras, todo sea nuevo, todo sea un reto y confieso que las cosas no siempre me salen bien, o al menos, no siempre hago o digo lo que quisiera - y no me doy cuenta hasta después de haberlo hecho- o a veces simplemente no reacciono como debo reaccionar -teniendo en cuenta que soy la mamá, la adulta en esta relación y que ella solo tiene cuatro años-. A veces, queridos lectores míos, la cosa se pone tensa.
Súmale a eso el que yo trabajo desde casa y en mi casa, que tengo a un bebé de un año dando vueltas, que tengo que gestionar mis labores domésticas con las empresariales -producir!-, y hacer deporte, y verme bien, y comer sano, y bla bla bla, son muchas las variantes que una gestiona a la vez en este malabarismo que es la vida diaria. Nadie dijo que las cosas serían fáciles, no señor, no hay manuales ni guías acá, solo un amor infinito por mi familia y por mi trabajo así que cuando leí que con el Coach Personal a una se le permite:
Tomar conciencia de qué maneras de ser podrían estar llevando a las personas a elegir
y accionar de cierta manera, y no tener los resultados que esperan.
Dije oh mi Dios, debo darme una oportunidad. Y voy dos tan solo dos sesiones, pero el tomarme un tiempo para detenerme y escucharme me ha permitido -de la mano de mi coach- tomar conciencia de lo que hago y cómo lo hago. De cómo mis pequeñas acciones impactan en la vida de mis hijos, en mi esposo y en mi trabajo. Ha sido revelador y hoy quiera compartir con ustedes, después de toda esta intro, jajajaja- algunas cosas de las que he tomado conciencia en esta búsqueda mía por crecer como persona, y todo lo que eso conlleva.
- No tienes idea de lo importante que sentarte y hablar de lo que te pasa. No te minimices ni creas que lo que vives en este momento no es importante, porque lo es. Es importante para ti y eso es más que suficiente.
- Y hablar de lo que te ocurre te permite verlo, dimensionar el tamaño real de las cosas, darte cuenta de que le dije…me dijo…reaccioné así y contesté tal cosa. Con tu jefe, con tu esposo, con tu hija de cuatro años. Verte desde afuera y escucharte a ti misma te puede abrir los ojos de formas que nunca imaginaste. Y si esto lo haces teniendo al frente a una persona que te vaya haciendo las preguntas necesarias para hacerte hablar, que te hagan notar tus propias reacciones y tomar conciencia de ellas, eso hace de la experiencia (y pongo hablar como una experiencia) algo mucho más enriquecedora.
- Aprendí por ejemplo, que mi vida está llena de “tengo que”. Tengo que levantarme, tengo que cambiar pañales, tengo hacer desayunos, loncheras, tengo que llevarla al cole, tengo que volar a hacer deporte, responder correos y hacer llamadas en el camino, tengo que hacer las tareas de la casa, recogerla, tengo que ver que los chicos almuercen, tengo que sentarme a escribir, tengo que ir a la reunión, tengo que producir, tengo que llevarla al ballet, tengo que jugar con él, tengo que bañarlos, darles de comer, tengo que hacerlos dormir. Tengo que. Mi vida está LLENA de tengo qué. ¿Y cómo michi se supone que una tiene que poder con todo? ¡Es de locos! La verdad es que en el camino pierdo de vista lo que quiero, por hacer lo que tengo que. Y acá entre la capacidad de delegar, de pedir ayuda, de priorizar, de actuar de tal manera que al final del día logremos objetivos que nos lleven a una meta más grande, como dicen en inglés, a ver the bigger picture y no perderme en el día a día.
- Otra cosa que he aprendido tomándome el tiempo de hablar y dejándome escuchar (cosa que como verás en mi día a día tal como te lo describí arriba, la mayoría de veces es casi imposible) es que tengo metas y objetivos, ¡claro que sí! Y saber mis objetivos, decirlos en voz alta y escribirlos es importante, pero más importante es enfocarme ellos y hacer que ocurran. Tener lo que le llaman un plan de acción, algo que sea totalmente dable, que esté a mi alcance, nada muy grande si no más bien pequeñas acciones que en el día me permiten conquistar ese objetivo mayor, y ojo, ¡por escrito!
- ¿Por qué? Porque esto me permite priorizar y concentrarme en el aquí y ahora, bajar las revoluciones y planear, con calma, cómo haré lo que quiero hacer. Un paso a la vez pero dando ese paso, hazlo.
- ¿Y sabes qué es una de las cosas que quiero hacer y hacer bien? Quiero, y con esto cito a mi Coach, quiero diseñar mi propia maternidad. Quiero ser la mamá que yo quiero ser. Soy el resultado de la crianza que me dieron mis papás, de lo que he visto en otras personas como tíos, abuelos, primos y amigos. A partir de ahí, tomo lo mejor de todos ellos y me construyo a mi misma como mamá. Esa idea me encanta y estoy trabajando en eso porque quiero ser la mejor mamá que pueda para mis hijos, pero así como trabajo en el blog, en mi workshop, en mis proyectos, debo trabajar también en mi maternidad, sí una raya más al tigre pero sabes qué, ellos se lo merecen pero sobre todo, yo me lo merezco, yo quiero disfrutar de mis hijos y de verlos crecer todos los días, tengo la bendición de trabajar desde casa y debo sacarle máximo provecho a esto.
- Invierte en ti. Ya sea que inviertas tiempo leyendo ese libro que tanto quieres o que inviertas dinero pagándote las clases que siempre quisiste. Hazlo. Sé que suena fácil, yo pongo todo lo que tengo en mis hijos y mi esposo y poco dejo para mi o me dejo para el final. Pero tenemos que darnos cuenta que tan importante como ellos, somos nosotras. También somos prioridad y no debemos de sentirnos mal por ponernos en primer lugar (al menos de vez en cuándo!)
- Engríete. Lo sé. Queda poco espacio para nosotras mismas en el día a día pero algo tenemos que hacer por nosotras y para nosotras. Oh sí. Yo he aprendido (finalmente y hace no mucho) a no minimizar ni dejar de lado mi rutina de belleza por las noches, estoy aprendiendo a volverme a hacer tiempo para practicar mi KO al menos tres veces por semana (últimamente no he tenido tiempo ni para eso!), y esos son varios avances. Así, al final del día, sé que lo hice y que di mi todo por ellos, por mi familia y por mi trabajo, pero por mi también, y ese, señoras, es parte importante del crecimiento personal.
- Elige ser feliz TO-DOS-LOS-DI-AS. Primero, tal como les comenté ayer en el Facebook Live que hicimos, ser feliz en una elección que depende íntegramente de ti. Tu felicidad no puede depender de tu esposo (el mío sale a trabajar 10 horas diarias o más, todos los días), ni de tus hijos (los míos tienen 4 y 1 año) ni de amigos ni familia. Tu felicidad es tuya, y con eso digo que tu eres responsable de ella. Una vez que hayas asumido tu felicidad como una decisión sobre la cual vas a trabajar cada día, verás que poco a poco las cosas se vuelven más fáciles, la vida más bonita y menos complicada. Empiezas a crecer como persona, inténtalo.
Trabajar en ti, aprender a accionar lo que tengas que accionar en TU VIDA para lograr los resultados que quieres. Ese es mi objetivo para este año (verás que mis 40’s me los empiezo a tomar con muchísima seriedad ) y me ha encantado ir a estas sesiones porque me está ayudando a verlo y hacerlo.
Les dejo el link de la empresa porque a mi me la recomendó una amiga (gracias Yasmin!) y ha sido todo un hallazgo que hoy he querido compartir con ustedes. Se llama Programas Vea y este 23, 24 y 25 de Junio empieza todo un nuevo Proceso de Coaching Personal (algo así como el workshop #EmpiezaPorTi que he preparado para ustedes, pero mucho más profundo) , que desde mi corta experiencia debo decir que se los recomiendo muchísimo. El contacto es Isabel Delgado (idelgado@vea.com.pe, idelgado.vea@gmail.com o al 936-168-800)
Chicas, este año tiene que ser NUESTRO año, tenemos que ser las mujeres que queremos ser ,¡y que nada nos detenga! Nos quedan seis meses para hacer de este 2017 todo lo que quisimos desde el comienzo, un año de crecimiento personal, de batallas ganadas y sueños cumplidos.
Todo está en nuestras manos, eso es cierto, pero si sientes que necesitas algo de ayuda para poner tu cabeza en orden, tal como lo necesito yo a veces, no dudes en buscar a los que saben cómo ayudarnos, porque sabes qué, tenemos demasiados cosas por qué preocuparnos y de qué encargarnos, así que pedir ayuda cuando la necesitas, incluso para ordenarte a ti misma, está bien.
Hola vanessa,no soy mamá pero si soy tía y creeme que soy muy chocha y consentidora, adoro a esa niña , te cuento hace un tiempo conocí tu blog y todo lo que has logrado, y te has ganado a una seguidora, sé que puedes tener experiencia en esto de hacer blog, yo hace unas semanas he creado un blog y se llama el mundo de vanelissa ( personal, amor relaciones), y aún soy principiante, paralelamente también tengo otro blog que se llama deco y más (interiorismo, decoración, arquitectura), ya que soy bach. en arquitectura y creo que los blog son una forma de expresarse y contar algunas experiencias o promocionar algún servicio. Disculpa que te moleste pero no se si tu podras darme unos consejitos a esta bloguera principiante , te lo agradecería mucho.
pdta: tenemos el mismo nombre :), saludos