
De lo más bonito que hay. Es la forma y es el fondo. Son las prendas, accesorios, complementos y elementos de decoración tan bien pensados lo que me encanta de Philomena. Así como la historia que hay detrás de cada cosa, las manos que tejieron, bordaron y se encargaron de darle vida, el rescate de nuestra historia y la valoración de técnicas olvidadas. Cada cosa te narra la ilusión de quién lo hizo, su alegría de vivir y sus ganas de salir adelante y eso, para mi señores, es lo mejor que hay en el mundo. Tengo la sensación (por no decir la certeza) de que en Philomena nada pasa por nada, todo pasa por algo, todo se siente como una Serendipia.
No les voy a hablar de su colección otoño 2016 porque eso lo que pueden ver en su fanpage (y está HERMOSA, acá el link), ni de carteras, zapatos, las vajillas, cuadros y cojines maravillosos que hablan de nuestro Perú (y yo que ando más patriótica que nunca!), no, lo que quiero de corazón es invitarlos a que, cada vez que tienes que comprarte algo, regalar algo, entregarle algo especial y único a alguien o simplemente busques algo de decoración lindo para tu casa, pienses en Philomena porque estarás llevando algo más que una prenda o pieza única y diferente, hecho a mano, si no que además va directamente a ayudar a alguna persona de la que no tienes ni idea.
Y eso sí que se siente lindo.
Philomena quiere que valoricemos lo nuestro, dándole una mirada fresca a nuestro arte, a nuestra historia, y yo no podría estar más feliz de invitarlos a formar parte de este club.
¿Dónde? En Enrique Meiggs 141 Miraflores.