A veces me pasa, últimamente me pasa, en los últimos meses me pasa que cuando me quiero sentar acá, en este sitio, a escribir de mi vida, no se bien por donde empezar, no sé que escribir, será el exceso de trabajo y las pocas salidas que me dejan sin experiencias nuevas qué contar, y todas lasque tengo son referente a la moda y hay un mar de secciones que trato de actualizar a diario y donde dejo siempre algo de mi.

Pero hoy sí sé que quiero escribir. Muchos de los que me leen son nuevos y probablemente no entiedan a qué me refiero si me mando con la noticia sin más ni más y creo que es mi obligación hacer una pequeña referencia para lo que les voy a contar.

La familia Castañeda es una querídisima familia para mi. Mis tíos son amigos de mis papás hace muuuchos años, mi tía Vicky es amiga de mi mami desde el colegio, así que saquen su línea. A ella le tocó vivir en el extranjero por el trabajo de su esposo, mi tío, y se ahí en adelante eran los tíos que veía una vez cada varios años, pero siempre con mucho cariño. Cuando me enfermé ellos vivían en Panamá y ya habíamos retomado contacto, ellos estuvieron siempre muy pendientes de mi, quisieron que me vieran especialistas en los Estados Unidos, me contactaron y me ayudaron mucho aunque finalmente me operé acá, pero esa es otra historia. Cuando salí finalmente de la clínica y “decidí” que mi vida tenía que cambiar, que tenía que re-construirme sea como sea, mi tía me recibió en su casa. Ella y su familia cuidaron de mi porque aún seguía en recuperación, me atendieron, me engrieron y me dieron todo, y eso no tiene nombre ni yo tendré nunca jamás palabras para agradecérselos, especialmente por la tragedia que ellos vivían, su nietecita de dos años tenía leucemia.

Un año despúes, en diciembre del 2007, la bebé decidió descansar, convertirse en un angelito y se fue al cielo, Alexia se fue y con ella, quedó un gran vacío, una gran pena y mil preguntas. Por qué Dios haría algo así? Por qué uno no puede tener todo en esta vida? Ellos tienen trabajo, amos, son una familia hermosa, pero nada es completo y la vida se encargó de recordárselos, y es que Dios actua de forma misteriorsa. El velorio y el entierro fue una de las experiencias más duras que me tocó vivir, pero fue un recordatorio de que es nuestra obligación vivir esta vida, disfrutarla y hacer de nosotros las mejores personas que podamos ser, son quejarnos, sin lamentarlos, es nuestra obligación vivir, caernos y volvernos a levantar.

La mano de Dios estuvo nuevamente presente cuando a pocos meses de la perdida la mamá de Alexia descubrió que estaba nuevamente embarazada y esta vez de mellizos!!! Dos hombrecitos vendrían a este mundo. Pues bien, el tiempo pasó y hace 4 días los mellizos nacieron. No puedo imaginarme lo que ellos deben estar sintiendo, una cosa no reemplaza a la otra, pero así como Dios nos quita, también nos da.

Y lo que estas vidas representan es exactamente eso, de lo que se trata la vida. De vivirla al máximo, de carte, levantarte y reinventarte cuantas veces sea necesario. Es nuestra obligación vivir a plenitud. Es fcil ver los problemas, el vaso medio vacío, pero el reto está justamente en tener la inteligencia para ver el vaso medio lleno. Alexia y su familia son un ejemplo de vida, son mi ejemplo de vida, y yo solo espero estar a la altura de la ocasión para que cuando llegue el momento de partir, Dios me reciba como seguro la recibió a ella, con la seguridad de haber hecho acá en esta tierra, lo mejor que pude.

Mi corazón está con ustedes familia Castañeda, los adoro con el alma y espero un día prontito volvermelos a encontrar. Que Dios los bendiga.

Finalmente, mañana llega mi bebé, bebé Andreas, que tuvo el descaro de decirme ayer que el NO ES BEBE, QUE EL ES ANDREAS, y punto. Habrase visto semejante falta de respeto? Mañana tejo, porque te apachurraré todo el bendito día!!!