Si la colección anterior nos recordaba a una mujer ejecutiva y poderosa de Wall Street, esta vez la cosa se pintó distinta. No se si futurista sea la palabra, es más como que, de otro planeta. Pero veamos. Primero lo primero, fue la inspiración que tomó del brillo que tienen las piedras preciosas que hizo que estas telas parecieran metales líquidos vistiendo a las modelos con todo tipo de prendas posibles. Blazers, pantalones, faldas, leggings y por supuesto, vestidos, que a su vez se mostraban acompañados de “pintorescos” sombreros de Philip Traacy.

No puedo si no robarme las palabras de Tim Blanks cuando dice que esto era un “sci-fi extravaganza” mujeres princesas y poderosas, de una galaxia lejana que con prendas similares a las que usamos en la tierra, lograban brillar con luz propia (y la iluminación de la pasarela, claro está).

Especial acento en los labios, sombreros que esconden la mirada, formas curvas que rodean las siluetas de forma casi mágica (y digamoslo, sumamente favorecedora, saca cintura y entalla caderas como la mejor), un especial énfasis en los hombros y el maravilloso efecto sorpresa que revela una linda espalda cuando menos lo pensaste.

La inspiración glitter no solo la vimos en las telas, las piedras también estuvieron vistiendo el cuerpo de las modelos, chaquetas y accesorios.

Claro que hubo mucha joyería, y amo cuando una mujer sabe llevarlas en la misma mano que lleva la cartera, porque se crea un efecto de seguridad y confianza, de que sabes lo que haces. Y hablando de carteras, las hubieron grandes, chicas y medianas, para todos los gustos.

A diferencia de la pasarela de Valentino, acá los zapatos si llevaron unas pequeñas plataformas y los tacones fueron protagonistas de esta vista extra-oficial (y extra terrenal). Ya sean de cuero, forrados en tela o incrustados con pedrería, todos siguieron una forma almendrada y un poco afilada en la punta, con tacos gruesos para una mejor pisada.

Algo deconstruído también, como quien parte el cuerpo en dos y deja por ahí un agujero que no muestra piel, si no el contraste de dos telas, de dos colores. Esto sí que no me gustó, lo siento.

Con aretes o sin aretes, no importa en realidad porque el acento lo pone el sombrero, detalle que espero se vea más en pasarelas (pero que no se convierta en obsesión, ahí sí que me arruiné).

Como dije al principio, de otra galaxia más que futuristas. Son mujeres como uno (claro!), que quieren verse bellas y destacar. Me gustó la colección, fue inesperada y la sentí muy personal para Mr. Armani.

Publicado por Serendipity a las 18:36 | 3 Dimes y Dirés »

Etiquetas: Alta Costura, De pasarelas, Primavera Verano 2011