Si creen que Glee puso de moda toda la onda de los Geeks y los underdogs o las víctimas del bullying escolar, como les podríamos llamar, se equivocan. Yves Saint Laurent ya era un abanderado del tema en los 60’s. Nacido en Argelia durante la Segunda Guerra Mundial, el pequeño Yves no sintió mucho el golpe y el horror que la guerra trajo consigo por vivir en Orán, pero vivió su propio calvario en la escuela.

Recuerdo muy bien una frase de “The Devil Wears Prada” en la que Nigel describe lo que para él significó la revista Runway: “… para otros es un faro de luz. Un niño que lee Runway escondido en las noches debajo de sus sábanas…”, este mismo significado debe haber tenido Vogue para Saint Laurent. Su frágil apariencia y delicada personalidad le jugaron varias malas pasadas durante su desarrollo. Sin embargo, fue esto mismo lo que lo llevó a hacerse una promesa a sí mismo, él iba a ser grande. Así decidió participar en un concurso convocado por El Secretariado Internacional de la Lana, en el cual quedó en tercer lugar y volver a competir un año más tarde para vencer a un joven Karl Lagerfeld y hacerse del primer puesto. Este fue su primer paso para la reivindicación personal.

Al ver su trabajo y encontrar similitudes en los estilos, la Casa Dior lo contrató como asistente. Al poco tiempo el mismo Christian Dior lo nombraría su sucesor. Para sorpresa de todos, Dior murió ese mismo año de un paro cardiaco. A los 21 años, Yves Saint Laurent estaba a la cabeza de la dirección creativa de una de las firmas más importantes del mundo. Estaba en la cima.

Dior’s New Look

Saint Laurent fue aclamado por la crítica al sintetizar y reinterpretar de manera tan exacta el New Look de Dior. Cuando todo parecía brillar para él, un fantasma de su pasado regresa, lo convocan a cumplir servicio militar para el ejército francés y vuelve a vivir todo el horror del acoso de su niñez. Este abuso psicológico lo llevan a tener una crisis de estrés por lo que es internado en un hospital psiquiátrico. Yves es tratado con sedantes, drogas y electroshocks.

Al salir de este infierno regresa a París para darse con la sorpresa de que Dior le había cerrado las puertas. Junto a su novio de toda la vida, Pierre Bergé, inicia un proceso en contra de la Casa y con el dinero obtenido lanza su propia línea. La creatividad de Saint Laurent es única, el diseñador logra crear siluetas novedosas cada 6 meses y utiliza combinaciones de colores poco convencionales como el rosa y el naranja. Sus piezas son iconos, desde el smoking femenino pasando por el safari hasta los inicios de la minifalda, todas son creaciones suyas.

Catherine Deneuve fue una de sus musas más inspiradoras, fue justamente ella la que amó y vistió por primera vez el polémico smoking femenino. Lo usó por primera vez para ir a uno de los clubs más populares en París por esas épocas, digamos que era el Studio 54 parisino. Al verla en pantalones, la seguridad del lugar dudó en dejarla pasar, no era común que una mujer anduviera vestida de hombre. Clutch en mano y tacones bien puestos, Catherine armó una revuelta en la puerta hasta que la dejaron pasar, claramente todo el personal administrativo del lugar se disculpó mil veces con ella y los guardias fueron despedidos.

Saint Laurent siempre estuvo en el ojo de la tormenta. La polémica formaba parte de su día a día. Fue el primero en poner blusas transparentes sin brasieres. En los 70’s presenta una colección que regresa a los 40’s, tiempos de ocupación nazi, la crítica lo destrozó por considerarlo una burla y muy ofensiva aún cuando Yves no había experimentado la ocupación por vivir en Argelia; sin embargo, las mujeres amaron la colección. La campaña publicitaria que lanzara para promocionar su perfume YSL M7 fue una de las más sonadas y criticadas de los últimos tiempos, en ella aparece un desnudo frontal del modelo Samuel de Cubber. El director creativo de ese entonces para YSL, Tom Ford, salió a defender el ad diciendo “Los perfumes están intencionados para vestir la piel del cuerpo. Por qué esconder el cuerpo?”

Mucho se ha hablado sobre él, criticando sus excesos con las drogas y su conocida vida nocturna como residente de Studio 54, pero la única verdad es que Saint Laurent fue un genio (falleció en París el 1 de junio del 2008). Las formas de cada una de sus piezas, la facilidad con que propone siluetas nuevas, los colores que mezcla y su amor por el arte reflejado en cada una de sus colecciones, todo esto en conjunto, es lo que nos quita el aliento en cada una de sus pasarelas.