
El llamado estilo “bohemio” nace con ese nombre en la década de los 70s como una consecuencia de los “hippies”, esos seres dispuestos a vivir libres, sin convencionalismos que se levantaban para oponerse a las guerras como la de Vietnam que duró toda la década de los 60.s
Y es súper interesante ver cómo la moda es pura reacción a lo que el mundo vive. En la década de los 50’s, luego de la segunda guerra mundial, diseñadores como Christian Dior, Lanvin o Balenciaga estaban en pleno auge. Sus vestidos de alta costura, sus corsés y la ropa con mucha estructura y sumamente ostentosa eran la moda. Después de todo, el mundo salía de una depresión y necesitaba recuperar el lujo y la belleza excesiva parecía la mejor forma de hacerlo.
En los 60’s, al contrario, la juventud se levanta, se revela, se suben las bastas y se quitan los corsés, dejamos la silueta de reloj de arena y piden a gritos líneas más rectas y deconstruídas, es la época de las minis y el estilo mod, del futismo geométrico. Se abandona el concepto de Alta Costura, vestidos únicos e imposibles hechos a la medida solo para los más millonarios de la sociedad y nace el Prêt-à-porter (asuuuu me fui súper atrás, pero ahorita entenderás mi punto). Con eso nace también cierta estandarización, el concepto de “pase usted hay tallas y colores” se vuelve más común, pero Estados Unidos y el mundo entero vivían la Guerra de Vietman, y eso trajo consecuencias sociales entre muchas más, que se reflejaron en la ropa inmediatamente.
Ya para la década de los 70’s, influenciados además claramente por la música, se vivía el free spirit & free love, la moda pedía individualidad a gritos, diferenciación, puras telas ligeras, con vuelos al viento, diseños únicos e irrepetibles. Con el tiempo, la palabra Bohemio muta a Boho y los franceses le agregan lo Chic, nace el Boho Chic y toda esta tradición folclórica en formas, colores y estampados que cada cierto tiempo, entre flecos, flores, paisley, volados y más, se reinventan y regresan de una u otra forma, a través de alguna chica de moda, de pasarelas y ahora obviamente de influencers.
Hoy día, en pleno 2019, luego de ver las pasarelas de los dos últimos años, puedo decir que son los vestidos más románticos y llamativos los que marcan la pauta (los jeans, los flecos, las blusas románticas, las flores en la cabeza….cada cosa ha tenido su momento). Sin embargo, creo que como consecuencia de las redes sociales, la moda rápida y todo el acceso a información que tenemos, se busca desesperadamente la individualidad (a la que luego la hacemos copy/paste) de tal manera que se busca completar este vestido con algún otro accesorios potente, se busca potenciarse a una misma a través de la moda. Un cinturón grande, aretes grandes, zapatos interesantes, un sombrero, una buena y gran cartera son los mejores aliados para el boho de esta temporada.
¿Tiene sentido, no? Hoy, buscamos ser felices, identificarnos con nosotros mismos, abrazar nuestra individualidad lejos de estructuras y conceptos muy urbanos y masivos.
Un poco de pasarela primero para entenderlo todo:
Acá Coach que con todo se manda y completa el maxi vestido con unas botas zapatillezcas con flecos, y cartera de patchwork, con un peinado muy ochentero
Este bello vestido tiene mi nombre y apellido, ¿qué te puedo decir?
Etro acompaña su vestido de un mega color con un gorro que lo complementa y que pareciera de red.
Giambattista Valli lleva el romanticismo a nuevos niveles. No sólo AMO el vestido con todo mi ser si no que amo que sea el vestido y nada más que el vestido lo que se roba este look.
Otra vez Giambattista Valli con un modelito que te jurooooo, yo tenía uno de Zara súper parecido hace como 15 años!!!! Y mire usted bien las sandalias al tono, de tiras de colores con aires muy muy retros.
Gucci siempre logra casar muy bien el estilo Boho con lo rockero y lo hace magistralmente.
¡Y atenta a este look! Valentino lo hizo maravillosamente acá, Pierpaolo Piccioli a cargo de la marca se relajó sin perder de vista a quién es su mujer, a quién viste y logró vestidos hermosos. Toma nota de complementos como el sombrero de paja, las argollas grandes y doradas y unas sandalias chatas pero sumamente interesantes.
Otro look más de Valentino, mira este estampado que podría parecer las caiguas o paisley de los 70’s y mira tu, ¡las puso en pasarela con zapatillas blancas!
Ahora, saquemos estos looks a la calle. Toma nota de estas ideas:
- Un peinado relax, ya sea un moño, una cola u ondas suaves.
- Los zapatos son fundamentales para darle el twist que el vestido necesita. Acá no hay espacio en realidad para zapatos “clásicos” si no que el estilo pide a gritos irte ya sea con zapatillas como se usan tanto hoy o con flats, así como con tacones o botines, la cosa es que el zapato tiene que ser la parte moderna del look.
- Piensa en una buena cartera.
- Y el accesorio roba show que es el cinturón importante que cierra el look.
Abajo, el peinado.
El peinado + las zapatillas.
Las zapatillas + sombrero.
La cartera, los flats y los aretes.
La correa, la pashmina, el pelo, ¡amé este look!
Y si hablamos de historia de la moda, al revisar la década de los 70’s, de esa necesidad de ser libres y únicos va de la mano con el glam y el punk previo a la década de los 80’s, otra cara de la misma moneda.
Siento que lo mismo pasa hoy, mientras que buscamos la individualidad nos encontramos en un mundo masivo, con uniformes para salir a la calle, y un consumismo que si bien busca entender la moda sostenible, con las mismas no teme consumir mientras llegan tiempos mejores.
Optimistas nosotras, empoderadas y dueñas de nuestros días.