Creo que la literatura es ese arte que te enseña a ver las cosas desde diferentes perspectivas. A través de ojos que no son los tuyos. Antes de viajar cogí mi copia vintage comprada en Quilca de The Catcher in the Rye o El Guardian entre el Centeno, es esta historia de un chico que estudia en una escuela privada de la cual lo expulsan y se dirige hacía su casa en Manhattan, Upper East Side para ser más específicos, pero antes de llegar decide pasar 3 días solo en la ciudad, quedándose en hoteles y yendo a bares. La forma en la que mi mente proyectaba cada imagen del libro mientras lo leía es la forma en la que puedo ver las cosas ahora, me puedo relacionar a ellas. Algunos cafés, el Central Park, el frío, la nieve, los taxis, los patos que no están en invierno. Para el viaje escogí Basketball Diaries de Jim Carroll, un joven adolescente que se pierda en las calles newyorkinas entre drogas y su pasión por escribir. No pude escoger mejor.

“You’re growing up. And the rain sort of remains on the branches of a tree that will someday rule the earth. And it’s good that there’s rain. It clears the month of your sorry rainbow expressions. And it clears the streets of the silent armies so we can dance.” - Jim Carroll

Saqué el libro de la película (siempre el libro es mil veces mejor que la película) y a penas llegué a NY lo compré en el Barnes&Nobel que está frente al terminal.

Esto - despertarme en las mañanas y escribir sobre lo que he estado pensando o soñando toda la noche - es algo bastante normal para mí. Hoy es un poco más frío que ayer pero las líneas de Carroll me llaman a la ciudad, me llaman a disfrutar la mezcla cultural. Hoy decidí tomar el ferry hacia Manhattan. El ferry es este bote que parte de la bahía de Weehawken o Hoboken en New Jersey y cruza el río Hudson hasta la ciudad. La vista es sensacional. Es interesante como la tendencia se mueve en esta ciudad, cada persona interpreta la moda a su propia manera. Y es que en estas calles puedes ser lo que quieras, si te quieres poner 5 diferentes prints encima, está bien. Si te quieres poner un sombrero vaquero y stilettos, está bien. Si quieres tener un mohawk con las puntas rojas y los ojos delineados de negro y ponerte unas botas con tacón y eres un hombre, también está bien. El ferry es una mezcla de esta gente que se dirige a las grandes oficinas de Wall Street y el World Trade Center y estos chicos que van camino al East Village, la parte más hipster de la ciudad. Gucci, Burberry, Ralph Lauren y Lanvin compartiendo asientos con Desigual, Jeremy Scott, Betsey Johnson, Levi’s y Urban Outfitters.

Pero regresemos un poco en mi día. La elección del outfit es bastante importante en estos eventos. Entonces, hoy es el primer desfile antes de que el Fashion Week empiece oficialmente, verdad? Tengo que ir al Baryshnikov Arts Center que está en el midtown. Estoy todo emocionado frente al espejo después de una ducha y de la nada… Qué me pongo para un desfile en NY? Había ido una vez al de Ralph Lauren en el 2010 pero esa es una marca que puedo vestir. Rita Vinieris? Not really. Hace vestidos de novia y la verdad no me veo con uno de esos en primera fila. Tampoco quiero ser un fashion victim a lo Brian Boy así que decido ir con mi propio instinto y ser fiel a mi estilo. Varsity Jacket, pantalones en paño de baby alpaca a cuadros y una camiseta blanca. Simple. Un par de oxfords y, eso sí, medias naranjas! La verdad me moría por usar estas medias pero no tuve la oportunidad en Lima. Un abrigo negro encima y listo para ir. Imprimo todas las cartas y confirmaciones y me embarco en el primer día de moda.

Bajo del ferry en el centro financiero en la parte baja de la ciudad y cojo el subway hacia la 15th calle. Salgo y el frío me congela las manos, entro al primer Starbucks por el BÁSICO café mañanero y a revisar los mapas. Cuando me dan el café leo mi nombre y me río a la forma en la que lo escriben. Se puede saber que estoy en Hell’s Kitchen, ese es el nombre del vecindario. Un vecindario bastante trendy en el momento. Un vecindario que es testigo de como la moda revitaliza e interviene la ciudad. Un día algún diseñador decide abrir una tienda ahí y los desfiles empiezan a aparecer en los galpones, la gente empieza a vestir su propio estilo, las puas se agregan solas a los blazers, las cabezas aparecen rapadas por lados, los tacones empiezan a retumbar en las calles. Un nuevo vecindario se ha revitalizado y puesto “de moda”. Llego al centro de artes Baryshnikov y todo el staff está vistiendo de negro. Me preguntan de dónde vengo, me identifico y les enseño las hojas de confirmación que tengo impresas. Una mujer con un abrigo entero en animal print pasa detrás mío. Subo al ascensor con esta misma mujer y nos detienen las puertas porque alguien importante ha llegado. La editora de Elle Magazine sube con nosotros. Llegamos a un pasillo de paredes de ladrillo y dos puertas negras están delante mio. Esto ya no es Lima, estas son las grandes ligas. Editores de revistas, bloggers del mundo, artistas del maquillaje, gente de agencias de relaciones públicas, listas con nombres de celebridades. Las puertas se abren y las luz invade mis ojos, la perfección en la belleza de la locura de un backstage está delante mío.

En medio de todo, la artista revisando hasta el más mínimo detalle. Me presentan a Rita y lo primero que me dice “oh, Peru, I’ve been meaning to visit Machu Picchu”. Y es que parece que tuviera sensibilidad por la arquitectura. Le dije que me había quedado completamente sorprendido al ver su colección, teniendo en cuenta que yo venía con el background de su trabajo en vestidos de novia. Rita me cuenta que es la primera vez que se atreve con vestidos de noche. Me habla de Louis Khan, arquitecto americano exponente del modernismo que alguna vez estudié en la universidad, y de cómo transmite su propuesta a telas con texturas y caídas alucinantes. Y es que más que hablarnos de la forma en cuanto a volúmenes y estructuras, nos cuenta una historia de colores y sensaciones. Brocados, bordados, terciopelo, el nivel de detalle de la colección es abrumador. Me cuenta bastante complacida que el vestido de cierre no está aquí, lo tienen en otro cuarto pues demoró 600 horas de bordados a mano para terminarlo y no quiere arriesgarse a ningún daño. Pero lo que más me cautivó de Rita fue su sencillez y disponibilidad a conversar. Me empezó a contar un poco de cómo ve a los bloggers, cómo para ella los bloggers son ese punto clave que traslada las ideas y sensaciones de la gente fuera del mundo de la moda, los sentimientos que en ellos despierta. Me cuenta que la colección en su totalidad fue creada y diseñada en NY. Es ahí cuando los cierres de los portaternos se empiezan a correr y los brillos cobra vida. Rita me explica que se trata de que la mujer se sienta sexy, libre, todo se centra en el movimiento.

Las espaldas son lo que más me llama la atención. Rita me comentaba que estaba muy inspirada en la ropa interior y justamente tienen el detalle de un vestido abierto. Las puntas caen hacia los lados dejando ver un poco de encaje. Romántico. Uno de los miembros del staff se me acerca y me invita a pasar a la sala del desfile. Mientras todos nos acomodamos y un montón de franceses invaden la sala, Sway de Michael Bublé nos anuncia el inicio de la pasarela.

Las espaldas eran simplemente alucinantes! La propuesta me pareció interesantísima, un excelente comienzo para una nueva línea.

Ahora tengo que correr hacia la oficina de registros del Fashion Week! La acreditación nos espera.