Una buena persona, una mejor persona

Escrito por: Vanessa
Serendipity - H y M

Hace unos días escuchaba una charla de Ted que hablaba de cómo el común denominador de personas se preocupan por ser buenas personas y lo importante que es para nosotros comunes mortales que nos perciban así, como buenas personas.

Yo quiero que sepas que soy una buena persona, quiero que mi esposo sepa que su esposa es una buena persona, que mis hijos sepan que su mamá es una buena persona, que mis amigas, mis papis, mis hermanos, y todos los que me rodean sepan, piensen y crean de corazón que soy un buen ser humano.

La verdad es que siempre he sido muy consciente de esto de ser una buena persona, es decir, no me cuesta, me sale del corazón pero debo reconocer que en especial, desde el 2006 en que pasó todo lo de mi Hidrocefalia y ese tumor en la cabeza, pues tomé más conciencia de quién soy, de que la vida es muy frágil y de cómo quiero vivirla.

Lo cierto es que ser una buena persona es sumamente relativo, es en realidad una cuestión de percepciones, de lo que para nuestros propios parámetros signifique serlo. El asunto es que como comunes mortales que somos, tendemos a cometer errores más frecuentemente de lo que quisiéramos o incluso de los que damos cuenta. Y al cometerlos lastimamos a otras personas. Porque todo lo que hacemos afecta a las personas que nos rodean. Desde la sonrisa o la falta de ella a la persona que te sirvió el café por la mañana, o al peatón que dejaste cruzar la pista simplemente porque sí, hasta el grito que pegaste en tu casa para vengan a desayunar, cuando no fuiste tan amable con tu asistente o cuando diste por sentado a tu esposo que esperaba un gesto cariñoso en la noche cuando una, con las justas, atina a dormir niños para inmediatamente después dormir también.

Sin ir muy lejos, cuando siento que tengo todo bajo control y que el mundo me sonríe porque yo le sonreí primero, saz, recibo un correo o un mensaje de alguna lectora diciendo que me escribió un correo (no sé si a mi mail, a mi Instagram o a mi Facebook diciendo que no le respondí y que eso hirió sus sentimiento. ¡Me pasa y me siento hasta las patas!). Porque ser una buena persona es tan relativo. Es como ese dicho que dice que “Nada es verdad, nada es mentira, todo depende del cristal con que se mira”. Así, igualito.

Como en la maternidad, cuando no sabes si eres buena madre porque contrataste un sleeping coach, porque haces colecho o ya lo mandaste a la cuna, porque no sabes si serás una buena madre porque contrataste nana, porque le das de comer papillas en vez de dejarle comer con sus manos y no sabes, no tienes la más remota idea de si la estás arruinando la existencia a tu pobre bebé porque no le diste teta y la terrible fórmula es casi casi el demonio, y tu cediste ante la tentación. No hay manual del buen ser humano, menos de la buena madre. Tu eres la mejor madre para tu hijo y punto.

Cuando vamos creciendo e interactuando en el día a día a con más seres humanos, caemos en la cuenta de que todas nuestras acciones tienen reacciones, de eso se trata la vida al fin de cuentas, y tratar de ser esa buena persona que tiene a todos contentos, es simplemente agotador y te puede llevar emocionalmente a un callejón sin salida. Veía una serie (After Life) que habla de vivir con la firme convicción de mejorar aquellas cosas en las que sí podemos trabajar, y me sonó simplemente esperanzador.

Porque de algo malo siempre sale algo bueno, porque hay vida después de la vida. Optar por ser un poco mejor cada día es mejor que optar por vivir queriendo ser eternamente una buena persona. Decidir, por ejemplo, que en vez de que se me junten 10 mail sin responder al día, baje a 5. Que en vez de que se me haga imposible encontrar una hora al día para jugar con mis hijos, está bien si solo tengo 20 minutos. Y no se trata de conformarse, se trata de ver el vaso medio lleno y de buscar soluciones -aunque sean pequeñitas- cuando sentimos que nos estamos ahogando en esta vida.

No se trata de ser o no ser, se trata de aprender de nuestros errores y continuar, cada día, tratando de mejorar sin encapsularnos en la premisa infalible de que somos definitivamente buenos. Porque si hasta los más buenos cometen errores, entonces, ¿dónde estaríamos nosotros?. Dejar de lado la idea de que debemos ser buenos para abrazar el concepto de que debemos ser mejores. Eso me suena mucho más interesante y retador, ¿no?

Quiero ser una mejor mamá, una mejor esposa, una mejor amiga, una mejor blogger, marketera, una mejor persona, sin las presiones de tener que ser una buena persona, si no con una vara aún más alta, la de ser mejores cada día.

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Comentarios

  1. Erika

    Creo que yo trato de ser una buena persona y es una lucha constante cuando te tropiezas en la vida con gente que no vale un centavo y que quieren borrar tu alegria y tus ganas de vivir. Nos sale del alma ser buenas personas si, pero tienes razón en tratar de aer nejores cada día. Me pasó algo terrible hace dos meses y apesar de que en mi esencia no está el hacer daño, procuro ser mejor que las personas que me dañaron y no pensar en venganza porque esa es de Dios. bendiciones Vane

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