Cada día la cosa cambia, son muchas sensaciones que van y vienen a la velocidad de un rayo, aprendo a conocerte, aprendo a reconocerme y juntas aprenderemos a ser madre e hija. Y es que debes saber pequeño camarón que yo no nací sabiendo ser tu madre y me voy a equivocar mucho muchísimo en el proceso, ni tu naces sabiendo ser hija, es algo que deberás descubrir y como hija que soy, déjame decirte que en este rol también nos equivocamos y solemos vivir invocando a la paciencia de nuestras madres y a su amor infinito para que se olviden de nuestras torpezas y podamos seguir adelante.

Es complicado esta relación.

Pero no es de eso de lo que te quiero hablar pedacito mío si no que por mi madrecita santa que en estos últimos dos días has dado un estirón de Padre y Señor mío, mi panza se ha duplicado si no es triplicado y ahora tengo que aprender a vivir -por unas semanas más- con este nuevo cuerpo mío y es que nada es igual. Por ese espacio chiquito por donde pasaba antes, ya no paso más, ese pantalón que hasta hace poco me quedaba bien ahora está más justo, esa posición que en la cama me dejaba descansar ahora tiene cambiar y rodearme de cientos de almohadones es mi mejor regalo.

Estás creciendo a un ritmo maravilloso que me encanta, pero no te voy a decir que es fácil. Al final del día termino realmente agotada, no te imaginas lo cansada y adolorida que estaba anoche con mi pobre espalda!!! porque señores hombres que leen esto, caminar con esta panza -si bien está en la naturaleza de la mujer- es TODO un nuevo proceso que vamos descubriendo poco a poco. Es mi primer embarazo, es la primera vez que veo cambios tan rápidos y radicales en mi misma, es la primera vez que a veces me desconozco físicamente y otras ando fascinada de la vida como si siempre hubiese estado así, y es que te he esperado siempre, pero creo que nada en la vida te prepara para ser mamá como el mismo hecho de serlo.

No hay libro, película, comentario ni sugerencia que pueda describir a ciencia cierta lo que esto significa. No lo sabemos hasta que no lo vivimos (como todo en realidad, nadie sabe lo que alucinante que es un primer beso hasta que no tienes, lo rica que esa torta hasta que no la comes, o lo genial que es tal película hasta que no la ves). Y con esto, lo único que quiero decirte es la vida está llena de experiencias que tienes que vivir dejando de lado temores y flojeras. Cada pasito que damos nos sirve para descubrir algo de nosotros mismos. Yo ahora me descubro como tu mami.

He sido Vanessa, he sido asistente, he sido vendedora de tienda, he sido Jefe de no sé qué ni de quienes pero de mucha gente, eso sí, he sido estudiante, he sido Serendipity, he sido hija, amiga, novia, esposa y ahora voy a ser tu mamá mientras a la vez sigo siendo todas las anteriores pero ser la mamá de Valentina es mi nuevo rol, mi nuevo papel y aunque aún no te puedo ver ni abrazar como quisiera tienes que saber nada me hace más feliz, ni me asusta tanto.

Tus patadas son cada vez más fuertes, estas boca abajo así que tus piecesitos de princesa está regiamente instalados en mis costillas y cada patada tuya se siente más fuerte y segura, ya no hay glu glu glu (y es que cuando eras más pequeñita te imaginaba como un pecesito en mi panza), ahora ocupas más espacio, es más, a medida que ganas peso y tamaño el espacio te va quedando chico y mi panza cambia de apariencia (redonda, ovalada, simétrica y asimétrica según cómo te muevas), las sensaciones son más firmes y eso sólo me dice que, en pocas semanas, estarás conmigo, con tu papi y con toda una familia que te espera con los brazos abiertos y una ilusión que jamás podrás imaginarte. Cosa loca tu llegada ah!