Si hay algo que recuerdo mucho del embarazo de Valentina y todo el año después de lactancia, es que moría, pero moría por regalarme un día de spa completito para mi, y cuando finalmente pude estar acostada boca abajo (ya sabes, boobs problem) (y problemas de espalda también), mi esposo bello me regaló un día en el Spa de Amarige (que dicho sea de paso, al poco tiempo cerró) y lo disfruté como chancha aunque te confieso, que me fue muy, pero muy difícil desconectarme del mundo exterior, pero al final, de hecho, cuando estaba por acabarse me quedé dormida, ja!.

Así que esta vez, quise yo darle ese regalo a mi mami, que hace poco más de un mes fue su cumple y que la verdad, aquí entre nos, se merece todos los regalos del mundo aunque sea de esas personas que nunca te dirá que necesita nada, salvo esto, un lápiz de labio rojo hijita que el mío ya se me acabó, creo que mi mami jamás tendrá suficientes labiales rojos.

Le regalo una tarde de spa, ¡pero una tarde de spa juntas, que creo que es lo más importante, que pasemos un rato juntas Ella tendrá sus masajes relajantes con piedras calientes, con jacuzzi y muchos engreimientos más y yo también, solo que el mío es especial para embarazadas. Hoy por la tarde nos vamos al Spa del Westin (el paquete lo compré via Big Box, hay un montón de opciones así que denle una mirada), ya luego les cuento cómo nos fue. Espero que entre nietos, hijos y embarazos logremos desconectarnos un buen rato y tan solo disfrutar.