Cuando lancé la convocatoria para que me ayuden a reunir útiles, colores, cuadernos y juguetes para llevarle alegría y entretenimiento a los niños afectados por los huaicos que azotaron nuestro país semanas atrás, no tenía ni la más mínima idea de qué esperar.

Las redes sociales han cambiado mucho en estos últimos años, hemos pasado a ser bloggers, fashion bloggers, dizque life style referentes y últimamente nos llaman “influenciadores”. Personalmente, con el tiempo he aprendido a reconocer que sí, tengo cierta influencia en algunas cosas, tengo cierto “poder” -así entre comillas- que no es más que una hermosa audiencia ganada a lo largo de estos diez años y que se basa en esta relación digital que tengo con ustedes.

Pero más allá de eso, una no sabe cuán efectiva puede ser realmente una convocatoria que vaya más allá de nuestro radar de acción, en mi caso, no tenía ni idea de qué esperar de una convocatoria de ayuda social, que implica de antemano que ustedes confíen en mi y en mi palabra. Ese voto de confianza es algo muy muy grande, es más grande que yo, que mi blog y de lo que pude haber sospechado.

Mi sorpresa, gracias a ustedes, ha sido inmensa. Nunca pensé que la respuesta fuera tan rápida y tan enorme, honesta y hecha de todo corazón. Esto ha sido algo sumamente especial, y desde este pequeñito espacio no puedo más que sentirme bendecida y agradecida por ella, por ustedes, que están ahí leyéndome y permitiendo que haga estas cosas que se me ocurren hacer.

Recibimos muchísimas cosas en el transcurso de esta semana, desde packs que ustedes habían preparado con tanto cariño para los niños, como donaciones de cuadernos (gracias Papelera Nacional!), regalos prácticamente nuevos, peluches y juguetes, mochilas, colores, crayolas, botellas de agua, galletas, libros, ¡cuántos libros para niños!, cartucheras armadas con tajadores, borrador y lápices, en fin, mi meta eran armar unos 50 packs y armamos (junto con mis amigas del cole que me ayudaron) muchísimo más que eso. Y esto se lo debo a ustedes.

Un buen sábado armamos todo y lo mandé a Juguete Pendiente para entregarle todo a los niños. Lamentablemente, no habían autos disponibles para que mi familia vaya a hacer las entregas como lo hice el año pasado, pero Vane Vasquez se encargó de entregar y acá las fotos con esas caritas bellas llenas de alegría, que era lo que yo quería lograr, sacarles una sonrisa a estos niños y que dejen de lado sus problemas aunque sea por un rato. Fotografía de Lucy Zevallos vía Juguete Pendiente

Hicimos muy felices a los niños del Anexo Roldán y El Tigre, en Cañete.

Gracias infinitas a ustedes por responder a mi convocatoria, gracias a Vane de Juguete Pendiente por apoyar estas cosas que se me ocurren hacer y gracias Dios por permitirme estar en esta situación, y ayudar.

Gracias por tanto.