Todavía me acuerdo cuando en el verano de 1991, mis papis nos mandaron a mi hermana (de 15) y a mi (de 12) a Chicago, donde mis tíos, para asistir al colegio durante el verano. Fue la primera de un par de veces que me tocó hacer esto -productivo, sí, aprendes sí o sí a hablar el inglés, lo malo, regresas a Lima más blanca que una papa cuando todas tus amigas están bronceaditas-, pero ese no es el tema. En esa época (tal vez la única época fashion de mi hermana) había una tienda que se llamaba Contempo Casual y era el lugar “de moda” para comprar ropa “de moda”.

No me acuerdo que michi me compré yo, pero mi hermana se hizo entre otras cosas de leggings, un trench coat negro, largo hasta el piso, maravilloso!, que aún guardo por que uno nunca sabe, pero especialmente me acuerdo de un chompón negro con cuello V que le llegaba hasta debajo de la cadera baja (o sea, justo debajo del poto).

Era 1991, una época transitoria que rescataba lo mejor de los 80′s (como los leggings) y aún no se introducía entre la temible moda de los 90′s. Ambas, épocas que están de regreso (ya sabes, la moda vuelve más o menos cada 20 años). Después de sentirme más vieja que 20 y darme cuenta que efectivamente, a estas alturas de mi vida, formo parte de la historia de la moda y de las épocas que vuelven, corrí a su clóset abandonado a ver si, al lado de ese trench negro encontraba también ese chompón. Plancha quemada! No está. Claro, aún me falta sumerjirme en las maletas con ropa de antaño, pero dudo que lo encuentre en buenas condiciones.

En fin, este no es un post de la vida de Serendipity, no, este es un post de moda. Y es que como decía, la moda regresa. Los leggings ya llegaron hace un par de años y parecen no irse (lo que me encanta, son mi alternativa favorita a lo que eran mis tiempos en buzo), y ahora, en pleno 2009, el mundo entero cae rendido, nuevamente, ante los chompones. Ya he visto varios en sus versiones más ligeras, en los avances de temporada primaverales de algunas tiendas, pero no se olviden de mi señoritas, que el próximo invierno, este será el look del momento.

En colores enteros y brillantes así como en colores neutrales y con diseño. De cuello V, redondo o tortuga. Las opciones son más que variadas dependiendo del gusto y la personalidad de cada una. Puedes complementarlo con leggings o jeans pitillo, pero eso sí, ten en cuenta que la silueta propuesta acá requiere volumen arriba y chupete abajo.

Seguro que como yo, muchas de ustedes no se sienten muy cómodas con leggings y algo que apenas nos tape el rabo, y es cierto que al menos que te compres los importados (en Ona Saenz, de NU, hay unos buenísimos y los Kosiuko también), los nacionales la verdad de las verdades, es que no son tan strech y no sujetan las carnes tan bien como quisieramos, así que les cuento un truco: Pónganse ese tipo de medias panty de nylon horrorosas y brillantes que se usaban hace años, que son gruesitas y la verdad, sujetan y suben todo lo que la gravedad dejó caer -maravilloso!- y sobre eso se ponen los leggings. No se sentirán tan expuestas y eso sí, calzones hilo queridas mías, no hay nada más feo que andar en leggings y mostrando a Lima entera la raya de los calzones.

Si eres flaca y alta, eso de los jeans deteniños y pitillos con balerinas y chompón, es algo así como una versión actualizada de Flash Dance (sólo te falta jalarte los puños, mojarte la cara, correr en el sitio y gritar “what a feeling!!!”. Igual, con jeans y botas, botines o booties queda regio. Pero no se olviden de los accesorios como collares y pulseras, se trata de actualizar la película y no revivirla.

Atención, que -ante la posibilidad de un colapso retinal- se vienen los leggings con estampado de piel animal (reptiles y felinos, de terror). Oh por Dios!!! Digo y exclamo. El 95% de las mujeres en Lima y yo somos piernonas, así que, qué? Lima será un desfile de culebras gordas??? -asumiendo que cada pierna es un culebrón-. Bueno, esperemos que las dietas de verano, los tacos mil y las chompas debajo del poto nos salven de andar exhibiendo muslos gruesos.

Pero, pero, no todo en la vida son leggings y pitillos, GRACIAS A DIOS, las minis también entran en esta propuesta y así, bien mini que te quiero mini, se lleva con chompones, medias tupidas y botas.

Estas propuestas me parecen válidas no solo para el día a día o fines de semana, lo pongo tambien en la categorí de Universiarios, por que me parece fabuloso para ir a la U sin morir en el intento.