Texturas rústicas y colores brillantes. Marrón con naranja siempre es una buena combinación aunque pensándolo bien no tengo mucha ropa color marrón. Pero ando loquita naranja, loquita cualquier color brillante en realidad, creo que parezco un insecto de esos veraniegos que son atraídos por la luz, o como Valentina que cuando chapa foco prendido se queda pegada. Ese collar de mi mami siempre me fascinó (por ende ahora está en mi casa) y lo uso todo el verano. Y se me ha dado por casar mi esmalte con lo que sea: labios, cartera, vestido…creo que es un detalle elegantoso hacer que dos cosas combinen (mientras no sean zapatos y carteras, ese match me aburre tantito).

Abajo, no son muchos pero son poderosos (y brillantes), esmaltes de colores encabezado por un verde esmeralda.

Nuevos zapatos Lola en mi clóset. Sin querer queriendo, desde que soy mamá parece que ando coleccionando zapatos chatos, flats por todos lados, ya tengo una pequeña colección PERO, sigo siendo una maestra en tacones, oh sí, no me han perdido. Cuando vi estos bebés pedí que la tira del tobillo sea en color natural para que se mezcle con el color de mi pierna y no en color neón o algún otro que pueda cortarme visualmente. Este es un truco para las que somos de piernas gruesas y cortas (como yo, chata porque así me hizo mi mamá). Hagamos del nude nuestro aliado.

Estrené tetera. Sí, me serví un café pero estrenando tetera. Y es que hace calor y la verdad es que un té no me provoca tanto, al menos no como un café. En realidad, no importa el clima que haya, siempre me puedo tomar una taza de café (con una Milano, mejor).

Valentina duerme como langostino. Mi chancha se manda cada arqueada de espalda y torcida de cuello que me da miedo pero al parecer ella está muy feliz entrenándose para el Circo del Sol.

Linda semana para todos!