Cada semana tiene su encanto, si no es porque Valentina hace alguna nueva gracia es mi esposo sorprendiéndome una vez más o yo misma que me siento más cuajada en esta historia de ser mamá. Por San Valentín, mi esposo cocinó tremenda cena y como si mucho fuera poco me despertó con un desayuno demasiado deli. Mira como somos de disstintos cuando hablamos de comida, mientras que mi antojo es un sencillo pan con mantequilla, él me despierta con tostadas en queso crema, frambuesas y un puntita de miel. O sea, sinceramente, a mi jamás se me ocurrirían estas cosas.

Este fin de semana probamos de sacar nuevamente a Valentina a almorzar a la calle y se portó como una princesa, hasta la mesera estaba asombrada de que la ñaña nos dejara comer tranquilos. Claro, tampoco la hicimos larga y almorzamos al tiro, basicamente porque Valentina está descubriendo el poder de su voz y se le ha dado por pegar alaridos de felicidad. De la nada suelta unos gritos seguidos de una carcajada muy al estilo de Pulgoso que me ponen nerviosa en público, así a comer rapidito no más antes que la señorita grite desquisiadamente y nos boten del lugar! Felizmente parece que sabe comportarse en público y calladita se quedó. Pfff, alivio total.

Luego de almorzar, fuimos a Zara y me di varias sorpresas. Como los lindos lindos collares que han sacado, tiran su gatazo y visten cualquier look.

Y las rayas y el blanco y negro, tan de moda que están y que en la tienda las encuentras en todas las presentaciones. Yo me hice de dos blusas rayadas, una de manga corta y otra de manga larga como para usar ahorita y de media estación. Blusas de media estación, chamare…estoy hablando como mi mamá!

Así como me sorprendí al verme comprando mis pañales Huggies en talla L, Jesús, le compré su primer vestido de jean y una camisa de cuadros bien vaquera en talla de 9 a 12, casi me infarto! No es que mi hija sea inmensa, no es que la ropa en Zara sea muy pequeña (que sí, creo que los moldes están diseñados para bebés flacos y no para nuestros peques ricotones pero bue…), es que los meses se pasan señoras mías y ellos crecen cada día más y más rápido. Asusta.

Soy demasiado convencional cuando se hablan de perfumes. Usé mi Marc Jacobs por años de años, más de 10 años, ahora cambié al Lola también de Marc Jacobs y cada vez que me han regalado uno nuevo, lo uso tantito, de ahí me olvido y termina en a casa de mi mamá. Y siempre digo que voy a cambiar eso y que voy a usar más perfumes, nuevos y diferentes y que voy a empezar por acá, una caja de miniaturas que alguna vez me regaló mi suegra. Seré constante? He ahí el dilema.