15 de Febrero del 2013
Oscar de la Renta Fall 2013 (& Galliano también)
Todos nos merecemos una segunda oportunidad. Oh sí, y parece ser que de la mano de nuestra tía Anna Wintour, John Galliano va reintegrándose a la sociedad fashion, al mundillo que lo escupió y le dio forata cuando tuvo que hacerlo pero como todo se olvida y nuestras obligaciones nos invitan a una amnesia selectiva, ahora mismo andamos esperando ver qué pasará con este personaje que seamos sinceros, aporta tantísimo a la industria de la moda y su ausencia se hace notable.
Y así, irónicamente Galliano encontró una pasantía para colaborar con el dignísimo y siempre caballero Oscar de la Renta. Se sabía de esta unión pero no sé sabía de qué, de cómo, de cuándo y de cuánto. Esta semana el misterio se develó, en el backstage andaba Galliano, De la Renta daba cara en pasarela y las modelos mostraban una colección que me dejó un aire de confusión. Y es que dos mentes poderosas y creativas unieron esfuerzos que deben pulirse nada más y nada menos que con la práctica. Habrá un “to be continue”??? No lo sé.
Sin qye haya mucho nuevo que contar, el desfile estuvo marcado por varios momentos. Las primeras modelos llevaban trajes de dos piezas que resumían la fuerte influencia de Dior en Galliano. El bar jacket creando el peplum acompañaba perfectas faldas lapiz. Igualmente, el origami que tanto ama John finiquitaba las primeras salidas. El look? Colas bajas y sueltas, labios colorados y sombreros casi de copa, mucha actitud de años 50´s post guerra.
Luego las melenas se soltaban y esa mujer joven a la que últimamente de La Renta quiere acercarse apareció. Greñas sueltas, cara dizque lavada, transparencias, pantalones de cuero y capas. La actitud era otra, su mujer era distinta.
Hasta que apareció la rena de Park Avenue, la esposa de millonario, la socialité divina que asiste a caridades toma el té. Ella sabe que menos es más pero qué fascinante es por amor a Dios llenarse de encajes, brocados, terciopelos y pieles. Elegante y fabulosa, esta vez llevaba el cabello recogido en una cola baja y casi de lado, los labios rojos y súper intensos gritaban soy Oscar de la Renta a todo pulmón.
Y luego Galliano aparecía otra vez. Con aire de decadencia, con esa estética desprecoupada y altamente producida, los vestidos de noche mezclaban la huella de uno y del otro.
El cierre fue otra cosa, fue la inteligente culminación de la interpretación de ambas mentes tomaron forma en los últimos vestidos que oh-so-de-la-Renta meets Galliano-Lovers.
Me quedé con ganas de más, me dejó la sensación de que algo muy bueno puede ocurrir con el tiempo, tan solo es cuestión de madurar.
Lo mejor, es que Joh Galliano reciba una nueva oportunidad, porque creo firmemente que todos nos la merecemos. O no?