*Taper, peruanismo del tupper que viene de tupperware.
Pensando y pensando, he llegado a la conclusión que mi familia necesita de estas cosas para saber que el mundo sigue girando y que las cosas están bien, porque si no, no le encuentro razón de ser, verdaderamente.
Mi abue, mi mami y sus dos hermanas, mis tías, se hablan todas las mañanas para reportarse y saber si durmieron bien, si comieron, que planes tienen para hoy y discutir algún tema del día, siendo el tema del tema saber si bebé Andreas -que de bebé no nos queda más que el recuerdo, va a cumplir cuatro años y se encamina a ser un chibolo- durmió o se despertó el noche?, sigue con tos? tomó su remedio? fue al colegio? cuál fue la gracia del día? No sabes lo que me dijo!!!! Mamama, Lima me gusta mucho, es una ciudad muy pero muy linda, ayyyy, me lo como!!! decimos todas y acá si pues, me incluyo porque se me cae la baba por mi sobrino.
Costumbres y usanzas familiares que comprendo, pero hay otras que no, y ahí viene la bendita cuestión del taper, que es parte del diario vivir de estas señoras. Después de cada almuerzo familiar, que suele ser dos o tres veces por semana, dependiendo de los eventos sociales que tengan en sus agendas, suele pasar -a mi pesar- lo siguiente:
-Te llevas un pedacito de torta para Pepe???
-No no no, él no come torta, pero dame un pedacito de asado para que coma en la noche porque hoy no hemos cocinado en la casa.
-A mi sí, dame dos pedazos para los chicos.
-Seren, tu quieres llevarte postre???
-No, gracias, se me va al poto (después de haberme comido mi buena porción, claro está). -Jajaja, se ríen lindísimas ellas.
-Ya, voy a traer los tapers.
-Te devolví tu taper de la semana pasada???
-No me acuerdo, me lo devolviste?
-Hay Dios, no me digas, si se lo dejé encargado a la chica para que te lo de cuando pasaras por la casa.
-No lo recuerdo.
-¡Dios melones! (Esta, de hecho, es mi abuela con sus frases), y ahora??? No, no me des más tapers que después no te los devuelvo.
-Hay mamá no te preocupes, yo paso mañana para que me devuelvas el taper.
-El sabado pasado dejé encima del microondas el taper que me diste el otro día, te lo di?
-Sí, sí, sí, hijita, no me debes ningún taper.
-Ya, porque tenía miedo que se pierda o se confunda con los míos.
-No, no te preocupes que yo ya marqué los míos para que no se confundan.
-Uf! Así estamos bien, y no se mezclan los tuyos con los míos.
-Sí, porque el otro día quería guardar no se qué y no tenía tapers, pensé que se habían confundido.
-¡¡¡¡No tenías tapers!!!!
-No hija, no se que he hecho con los míos.
-Ay no, por eso yo tengo todos mis tapers marcados y siempre veo que no se me pierdan, es más, tu sí me debes uno.
-¿No me digas? Caramba!!! Voy a ir a la cocina a ver si está por ahí.
-Fíjate el que está marcado con esmalte rojo.
-Ya, ahora mismo me fijo.
Con esmalte rojo marcan sus tapers estas señoras. Y no amable lector, no estamos hablando de tupperware ni de tapers con tecnología ni mucho menos. Me muero de verguenza ajena pero debo reconocer que mis tías y mi mami se refieren a tapers donde probablemente vino la crema de rocoto de Wong.
Claro, de vez en cuando una se pone más fina que la otra y dice “ay no, pero si esos son descartables, déjalo no más”. Pero la otro responde inmediatamente “estas locas!?!?! Si esos tapers son buenísimos, hay que cuidarlos y guardarlos porque una nunca sabe”. No, no importa. Claro que importa!. Te devuelvo tu taper mañana.
Y claro, al día siguiente, después de saber si durmieron bien, si les gustó el almuerzo de ayer -y es que esta carne que estas comprando está buenísima, de dónde es?- y de si bebé Andreas pasó la noche sin toser, inmediatamente empiezan a coordinar como se organizarán para devolverse los tapers respectivos.