Fin de semana horroroso y me disculpo de todo corazón si no posteé nada. Desde el viernes que empecé a sentirme mal. Nauseas y malestar fatal de cuerpo, pero la verdad era que había que guardarse todo eso porque el sábado se casaba mi hermana y había que estar como Dios manda. Pero el mismo día del matri mi cuerpo no pudo más, me deshidraté (ya te imaginarás los detalles, mejor ni te los cuento) y para cuando llegó mi amiga Lau para maquillarme la pobre se encontró con una cara por re-hacer. Creo que me puso todo el maquillaje del mundo y aplicó todos sus trucos quita-ca-ra-de-muer-ta y aunque los rulos que me hizo me alegraron la vida, me sentía hecha un zapatilla.

Mi hermana estaba radiante con su vestido de Magnolia López de Castilla y un peinado a lo Televisa San Angel (pero con zapatos Fucsias, un hit) y mi mami simplemente hermosa, digna madre de la novia. Era una matri pequeño y civil, pero con su cocktailito más y una fiesta chiquita en la casa de mi abue. Bebé Andreas más churro que nunca con un blazer azul marino y botones dorados -lo único que traje de NYC- y emocionado por que es el “casamiento de mis papás, y mi mamá se va a casar!!!!”.

Yo no me encontraba en nada y con nada, nada de lo que pensaba ponerme me funcionaba ese día: Se me veía muy demacrada, no, ese te aumenta 10 años, no, se te rompió la media. May. En fin, a las 4:30pm nos fuimos al club para las fotos respectivas y chapar el sunset, que era la idea de mi hermana. Aguanté de pie -aunque creo que estuve más sentada que nunca- hasta las 7pm, que en cuerpo se me dobló en 2, la espalda no me daba más y temblaba como gallina vieja. Claro, 38.6 de fiebre. A la cama señorita, al menos hasta que la fiebre baje y de ahí ya veremos.

¿Ya veremos? Mis polainas. Necia como la fiebre la sola, ésta no bajó a 37.5 hasta media noche y nunca pude llegar a la fiesta. Mi galán me compró los antibióticos y panadoles del caso, sumado a una sopita del chifa calientita para ver si entraba en calor, me tomaba la temperatura cada 40 minutos y me traía otra mantita, y otro vasito con suero -odio el suero- y me ayudó a quitarme todo el maquillaje. Me cuidó y me contempló como el mejor. Se quedó conmigo hasta la media noche que llegaron mis papis. Te amo cielito y gracias por estar conmigo en las buenas y en las malas. En NYC -happy time- y tirada en un sillón -me siento maaaaaaaaaaal-.

Así que las disculpas son varias, a mis lectores y a mi familia entera que siento que les fallé mal, y just un case, hoy ya estoy mucho mejor.

Besos a todos.

Publicado por Serendipity a las 7:28 | 9 Dimes y Dirés »