4 de Febrero del 2014
Conversaciones con la rasuradora: cuidado masculino
Primero que nada, señoritas, esta es una conversación entre hombres, así que por favor -con toooodo el estima que les tengo- taggeen a sus novios y aléjense de la pantalla.
Abre una cerveza helada y siéntate a leer.
Hasta hace unos años se estilaba eso de “los hombres son como el oso, mientras más feo más hermoso”, y la verdad, no la hago ser feo. Justamente el día de ayer hablaba con uno de mis mejores amigos que decidió sincerarse y confesar que una vez al mes, levanta el teléfono y poniendo la voz más varonil de la que es capaz, separa una cita para su respectiva limpieza facial. Me habló de su primera experiencia y cómo había ido nervioso hasta que la flaca que lo atendió le comentó que sus clientes hombres van -en su mayoría- entres los 18 y 27 años, y que no son pocos. Así que eso de las tres F’s o P’s o lo que sea que te metió tu viejo en la cabeza cuando eras chiquito, esta totalmente fuera de vigencia. Ponte las pilas que las nuevas generaciones no perdonan. GTL.
Pero no nos apresuremos con tratamientos faciales y manicures, vamos paso a paso, primero lo básico: nuestro querido mejor amigo (sí, cabezón, junior, bananon, darth vader colorado, o como lo quieras llamar) se merece un cuidado especial. Y sobre todo en verano. Vamos, te vas haciendo el chévere con las flacas y buscando un poco de acción y no tienes la más mínima consideración con tu wing man? Es momento de hacer algunos ajustes. Compañeros, ES VERANO, se pasan todo el día en la oficina, manejando, trabajando, caminando, el gimnasio, etc. y en la noche llegas a la casa y esperas que con una ducha rápida tu novia este feliz de pasar un buen rato contigo. NO. Toda esa área es un área especialmente “caliente” que genera -como todo- propios aromas que no siempre son los mejores. No te preocupes, no es cuestión de perfumar, tampoco quieres oler como tu tía abuela, es cuestión de landscaping. Así es, es momento de agarrar esa rasuradora y cortar lo justo y necesario para dejarte respirar. No que te quedes calvo, no es necesario, solo lo justo para no parecer tarzán.No te equivoques de rasuradora, te dejo una imagen.