Hace una semana me tocó compartir por poco más de una hora con 3 lindas chicas, todas ellas entre 20 y 21 años…yo, las sentía como mis hijas (la maaaaaaaás exagerada…bueno, como mis hermanitas). Fue entretenidísimo aunque simplemente haya decidido cerrar la boca y escucharlas conversar.
Como mujeres que somos, es lógico, es parte de nuestra naturaleza vivir por nuestras amigas, adorarlas y darles uno de los roles más importantes en nuestras vidas, conversar, reir, mandarnos al diablo y volver a empezar. Pero la relación que tengo con mis amigas hoy a mis 32 años, es taaaaan distinta de la que tuve a los 19, 20 ó 21, y ellas me lo hicieron notar.
-Oye, vas a ir a clases en la tarde???
-Pucha sí, pero sólo porque tengo que entregar un trabajo, porque pucha, ese profe me llega.
-Si pues, yo también tengo que ir, pero tengo una amiga que tiene una amiga que me ha dicho que ese profe se las agarra con todas ah! Es un pesado!!!!!!!! No te deja llegar tarde a la clase, no te deja entregar trabajos fuera de la fecha, la vez pasada le gritó a XXX porque estaba comiendo en el salón…una ladilla!!!
-Oye, y en la noche no se quieren quedar a dormir en mi casa???
-Yaaaaaaa, mosssstro, tu puedes???
-Sí, porque la semana pasada nos quedamos en la mía así que chévere en la tuya.
-Oye, y te llamó???
-No, es un weon…me llega
-Sí, no se que le pasa!!!
-Me llega…
-Si, a mi tb me llega
Cuando la madre superiora que aquí les escribe preguntó que hacían y qué querían hacer de sus vidas “cuando seas grande”, quedé maravillada con que ninguna tenía ni idea, todas quieren viajar por el mundo, hacer una maestría (lo que encuentro de lo más jocoso porque maestría de qué vas a hacer si aún no sabes a qué te quieres dedicar???), comprar ropa…y tu que haces??? Trabajo en moda. Qué chévere!!! Yo también quiero, cómo hiciste????
Y no es que sea la primera vez que me preguntan esto, es más, creo que me lo preguntan una vez más y lloro, pero era la frescura, el relajo, el sin saber, la despreocupación por el mundo, el vivir en tu propio mundo, el vivir para las amigas -porque estudiar lo haces porque lo tienes que hacer, no porque lo quieras hacer-, esa mezcla de ingenuidad, de me llega, la complicidad, el no preocuparte por el mañana, porque va a pasar, si ves tu vida pasar o la vives, la que me hizo extrañar a mis amigas.
Claro, dije llegando a mi casa las llamo a tooodas y nos echamos a llorar juntas por los años que pasaron, pero no, llegué y tenía mil correos, chamba por hacer y una cosa me llevó a la otra y no llamé a nadie. Trabajé, me dieron las 11 de la noche sentada frente a la compu y no llamé a nadie.
Extraño a mis amigas.
